UNA ALERTA AMBIENTAL AVISADA
A pesar de los constantes incrementos en los niveles de material particulado (PM10, PM2.5) en el Valle de Aburrá, donde se superaban los límites permisibles para la emisión de estos contaminantes, fue necesario llegar a una alerta naranja para poder tomar medidas rígidas en cuanto a la mitigación de este problema. ¿Se podría haber evitado?
El 23 de febrero de 2017, hace exactamente un año, en EL COLOMBIANO se publicó una noticia en la cual el alcalde de Medellín Federico Gutié
rrez señalaba signos de alerta naranja (“Contaminación del aire en Medellín exige medidas de fondo”) pronosticando para meses posteriores una alerta de tal magnitud. El pico y placa y los días sin carro fue- ron las medidas precautorias tomadas por la alcaldía para disminuir esos índices de contaminación, medidas insuficientes teniendo en cuenta el pésimo refinamiento de los combustibles donde no se cumplen los niveles de azufre, y las condiciones de estabilidad atmosférica, otro factor determinante en la dispersión del material particulado.
Con las medidas actuales reflexioné sobre la “negligencia ambiental” realizada por la alcaldía, pues en su debido momento no se le dio suficiente seguimiento a la polución, considero que las restricciones actuales se deberían haber realizado y mantenido desde los primeros signos de alerta naranja para que se siguiera adecuadamente la evo- lución de esta problemática y así poder plantear alternativas en caso de no ser efectivas.
Las fuentes móviles son la principal fuente de contaminación en la ciudad y es necesario que desde este momento se regule la calidad del parque automotor que circula en la ciudad, con verificación de emisiones en cada una de las marchas del vehículo y así comprobar que cumple con los estándares necesarios para movilizarse en la zona metropolitana.
Medellín vive una situación delicada, y como joven hechizado con cada rincón de esta hermosa ciudad, me preocupa que la ciudad de la eterna primavera se convierta en lugar con difíciles condiciones para vivir. Desde hoy las entidades ambientales no deben cesar hasta mitigar y controlar la polución que ha hecho de Medellín una de las ciudades más contaminadas de Suramérica ■ * Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.
Es necesario que desde este momento se regule la calidad del parque automotor de la ciudad.