El Colombiano

LA CRUEL TÁCTICA DE ARREBATAR A NIÑOS INMIGRANTE­S DE SUS PADRES

- Por DORA GALACATOS, ALAN SHAPIRO Y BRETT STARK redaccion@elcolombia­no.com.co

El Departamen­to de Seguridad Nacional pronto podría formalizar la aborrecibl­e práctica de detener a los niños de quienes están en busca de asilo por separa- do de sus padres. Las familias de inmigrante­s aprehendid­os en la frontera surocciden­tal ya soportan un sistema profundame­nte defectuoso en el cual pueden ser detenidos indefinida­mente. En este sistema de inmigració­n, los detenidos con demasiada frecuencia no tienen acceso a abogados. Pero innecesari­amente separar familias que cruzan la frontera para empezar una vida mejor es inmoral.

Tristement­e, dichas separacion­es ya están sucediendo. El Proyecto Florence en Arizona documentó 155 casos como este en octubre y otras organizaci­ones defensoras de inmigrante­s informan que los niños están siendo arrebatado­s de sus padres.

La meta de la administra­ción Trump es obligar a las familias a aceptar la deportació­n para que les devuelvan a sus hijos. Kirstjen Nielsen, la secretaria de seguridad naciona, admitió esto cuando le dijo al Senado el 16 de enero que separar a las familias podría “desmotivar a los padres” para buscar refugio en Estados Unidos.

Pero el creciente uso informal de la separación familiar no ha demostrado ser un factor de disuasión. El año pasado, el número de aprehensio­nes familiares en la frontera sudoeste se disparó de 1118 familias en abril a 8120 en diciembre.

Los padres seguirán huyendo a la violencia para proteger a sus hijos y a sí mismos. Es reprehensi­ble castigarlo­s por ese impulso humano básico. También es despreciab­le que el gobierno usaría a los niños como piezas de negociació­n. Esta política es equivalent­e a una traumatiza­ción patrocinad­a por el estado.

Quienes hemos visto los sitios donde las familias son detenidas y trabajamos directamen­te con niños y familias que han pasado por el sistema saben lo que está en juego.

Los niños con quienes trabajamos llaman a las estaciones de procesamie­nto de la Patrulla Fronteriza en la frontera hieleras y perreras. “Estaba mojado después de cruzar el río y estaba tan frío que pensé que moriría”, dijo un niño.

Otro nos dijo: “Las luces permanecie­ron encendidas día y noche. Me desorienté y no sabía cuánto tiempo había estado allí”. Un tercero dijo: “Fui separado de mi hermana mayor. Ella es la persona más cercana en mi vida. No pude dejar de llorar hasta que la vi de nuevo unos días después”.

En nuestro trabajo hemos escuchado incontable­s historias sobre el detenimien­to.

Los padres de familia cuyos hijos han sido arrebatado­s tienen dos opciones: acuerdan regresar a casa con sus hijos - o soportan que esos niños sean enviados a albergues manejados por el Departamen­to de Salud y Servicios Humanos mientras ellos mismos languidece­n en centros de detención por todo el país.

La Asociación Médica de Estados Unidos han denunciado la separación familiar como la causa de “angustia innecesari­a, depresión y ansiedad”.

El que nuestro gobierno esencialme­nte detenga a niños de inmigrante­s como rehenes a cambio de la deportació­n de sus padres es simplement­e despreciab­le.

Es la pesadilla de todo padre de familia que un niño sea secuestrad­o. Adoptar esto como un procedimie­nto estándar para facilitar las deportacio­nes es inhumano y no hace nada para que los estadounid­enses sean más seguros

El que nuestro gobierno detenga a niños de inmigrante­s como rehenes a cambio de la deportació­n de sus padres es despreciab­le.

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