LA CRUEL TÁCTICA DE ARREBATAR A NIÑOS INMIGRANTES DE SUS PADRES
El Departamento de Seguridad Nacional pronto podría formalizar la aborrecible práctica de detener a los niños de quienes están en busca de asilo por separa- do de sus padres. Las familias de inmigrantes aprehendidos en la frontera suroccidental ya soportan un sistema profundamente defectuoso en el cual pueden ser detenidos indefinidamente. En este sistema de inmigración, los detenidos con demasiada frecuencia no tienen acceso a abogados. Pero innecesariamente separar familias que cruzan la frontera para empezar una vida mejor es inmoral.
Tristemente, dichas separaciones ya están sucediendo. El Proyecto Florence en Arizona documentó 155 casos como este en octubre y otras organizaciones defensoras de inmigrantes informan que los niños están siendo arrebatados de sus padres.
La meta de la administración Trump es obligar a las familias a aceptar la deportación para que les devuelvan a sus hijos. Kirstjen Nielsen, la secretaria de seguridad naciona, admitió esto cuando le dijo al Senado el 16 de enero que separar a las familias podría “desmotivar a los padres” para buscar refugio en Estados Unidos.
Pero el creciente uso informal de la separación familiar no ha demostrado ser un factor de disuasión. El año pasado, el número de aprehensiones familiares en la frontera sudoeste se disparó de 1118 familias en abril a 8120 en diciembre.
Los padres seguirán huyendo a la violencia para proteger a sus hijos y a sí mismos. Es reprehensible castigarlos por ese impulso humano básico. También es despreciable que el gobierno usaría a los niños como piezas de negociación. Esta política es equivalente a una traumatización patrocinada por el estado.
Quienes hemos visto los sitios donde las familias son detenidas y trabajamos directamente con niños y familias que han pasado por el sistema saben lo que está en juego.
Los niños con quienes trabajamos llaman a las estaciones de procesamiento de la Patrulla Fronteriza en la frontera hieleras y perreras. “Estaba mojado después de cruzar el río y estaba tan frío que pensé que moriría”, dijo un niño.
Otro nos dijo: “Las luces permanecieron encendidas día y noche. Me desorienté y no sabía cuánto tiempo había estado allí”. Un tercero dijo: “Fui separado de mi hermana mayor. Ella es la persona más cercana en mi vida. No pude dejar de llorar hasta que la vi de nuevo unos días después”.
En nuestro trabajo hemos escuchado incontables historias sobre el detenimiento.
Los padres de familia cuyos hijos han sido arrebatados tienen dos opciones: acuerdan regresar a casa con sus hijos - o soportan que esos niños sean enviados a albergues manejados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos mientras ellos mismos languidecen en centros de detención por todo el país.
La Asociación Médica de Estados Unidos han denunciado la separación familiar como la causa de “angustia innecesaria, depresión y ansiedad”.
El que nuestro gobierno esencialmente detenga a niños de inmigrantes como rehenes a cambio de la deportación de sus padres es simplemente despreciable.
Es la pesadilla de todo padre de familia que un niño sea secuestrado. Adoptar esto como un procedimiento estándar para facilitar las deportaciones es inhumano y no hace nada para que los estadounidenses sean más seguros
El que nuestro gobierno detenga a niños de inmigrantes como rehenes a cambio de la deportación de sus padres es despreciable.