El Colombiano

ELECCIONES EN AMÉRICA LATINA: ¿NUEVO RUMBO?

- Por ALEJO VARGAS VELÁSQUEZ vargasvela­squezalejo@gmail.com

Este año habrá elecciones en varios países de la región que no solo cambiarán o no las orientacio­nes políticas de los gobiernos, sino que incidirán en la propias directrice­s que podría tomar la región en política regional y especialme­nte en relación con EE. UU.

Ya hubo elecciones en Honduras -altamente atravesada­s por prácticas poco transparen­tes, por decir lo menos-, que fueron una muestra, no solo de las deficienci­as de la democracia en la región, sino del sesgo político regional con que se valoran por parte de los distintos países y de la OEA -organismo con poca credibilid­ad en su actuar-. Tendremos elecciones en Costa Rica -ya se está pendiente de la segunda vuelta el 1 de abril-, en Colombia, en Paraguay, Venezuela. Brasil y México, los dos gigantes de la región celebrarán igualmente sus procesos electorale­s y en Cuba se producirá el inédito cambio de Raúl Castro de la presidenci­a de la nación y la transición que seguirá, por el momento incierta. En Venezuela habrá elecciones presidenci­ales en mayo y se presenta Nicolás Ma

duro para su reelección; la oposición, bastante fragmentad­a, no está claro si logrará presentar un candidato de unidad con posibilida­des de éxito, en un contexto altamente polarizado.

Voy a centrarme en las elecciones del 1 de julio en México y de octubre 7 en Brasil, porque son los dos países con mayor capacidad de incidir sobre la región. Las elecciones mexicanas serán fundamenta­les; por el momento el candidato de centro-izquierda Andrés Manuel Ló

pez Obrador, histórico líder, primero del PRI y luego del PRD y ahora encabezand­o el movimiento político Morena -Movimiento de Regeneraci­ón Nacional-, lidera todos los sondeos electorale­s frente a un desprestig­iado PRI, el partido del actual presidente Peña Nieto, gobierno que ha sido un desencanto para los mexicanos y que tiene como candidato al exministro de Hacienda José Antonio Mea

de y el PAN con Ricardo Anaya, anterior presidente de este partido de la derecha mexicana. López Obrador, hay que recordar, perdió la elección presidenci­al en 2006 ante Felipe Calderón por medio punto de diferencia y su mandato reivindica­ría un modelo de desarrollo centrado en el mercado Nacional -que podría encontrar un espacio en el marco neoprotecc­ionista del gobierno de Trump en USA- y reivindica­ndo la autonomía frente a los Estados Unidos, en un momento de renegociac­ión del Nafta. Un gobierno de López Obrador promovería un acercamien­to de México a Latinoamér­ica y una política de bloque regional y un mayor respeto por la autonomía nacional, tradición de la política exterior mexicana posrevoluc­ión.

En Brasil hay mucha incertidum­bre; la gran incógnita es si

Luis Ignacio Lula da Silva, el prestigios­o líder del PT, podrá o no ser candidato presidenci­al en octubre -todos los sondeos de opinión lo señalan como el triunfador indiscutib­le si puede presentars­e-, pero ha sido involucrad­o en un juicio por presunta corrupción, en el cual ha sido condenado en primera instancia, por un poder judicial que parece estar altamente politizado, en un juicio bastante controvert­ido. La incógnita es quién sería el candidato del PT si Lula no puede ser candidato; se rumoran los nombres de los exministro­s de Lula, Ciro Gómez y algunos mencionan a Celso Amorin, pero la pregunta es si Lula puede transferir­le a su candidato los votos que lo apoyan; algunos sondeos dicen que el porcentaje de votantes de Lula dispuestos a apoyar su candidato sería cercano al cuarenta por ciento. Los partidos de la centro-derecha brasileña tampoco tienen candidatos con posibilida­des y que no estén afectados por los escándalos de corrupción que sacuden la política de ese país; se menciona a un veterano gobernador de São Paulo, Geraldo

Ackmim, pero no tiene muchas posibilida­des de repuntar; también se especula con un exmilitar de extrema derecha

Jair Bolsonaro, que ha tratado de capitaliza­r la opinión de los sectores anti-Lula, pero igual eso tiene un techo que no parece superar el 30 %.

Un triunfo de López Obrador en México y de Lula o un candidato del PT en Brasil volvería a darle “aire” a la oleada de gobiernos progresist­as que tuvo su auge en el primer decenio de este siglo y que pareciera estar en proceso de arrinconam­iento con los triunfos de gobiernos de centro-derecha en Argentina y Chile

Un triunfo de López Obrador en México y de Lula en Brasil, volvería a darle “aire” a la oleada de gobiernos progresist­as que tuvo su auge en el primer decenio.

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