Los robots vienen por estos trabajos
Hay máquinas que limpian y carros que se manejan solos. Si su oficio está en riesgo, no se asuste: faltan años.
Si una persona se atraviesa en su camino, o tal vez un carro de mercado, se detiene, no se choca, piensa qué hacer gracias a su sistema de inteligencia artificial, entonces toma una ruta que le permita seguir realizando su labor, la de limpiar. Y si alguien deja marcas en el piso húmedo, el que acabó de asear, no hace mala cara, en un rato volverá a acicalar el suelo porque está programado para eso. Tiene navegación autónoma y así es su día, de aquí para allá trapeando.
Los robots que hacen estas tareas, el sueño de cualquiera que realice labores en el hogar, ya rondan por los pasillos de algunas sedes de la tienda estadounidense Walmart. Por ahora son de prueba, pero en unos años harán parte del panorama.
Que no van a reemplazar a las personas que se dedican a este oficio, dijo el supermercado, que simplemente serán un complemento; no obstante, los robots se programan y no necesitan que un humano los supervise. Tampoco se enferman ni se van de vacaciones.
Richard A. Feinberg, profesor del departamento de ciencias del consumo en la Universidad Purdue en Indiana, Estados Unidos, señala que las tiendas de retail están buscando automatizar labores hechas por personas con el fin de contratar menos y reducir gastos.
Trabajos como el de cajero tienen una de las tasas más altas de automatización (97 %), según el estudio The Future of Employment. La calculadora de Time, que predice los oficios que tienen los años contados, es menos pesimista y asegura que esa tasa es del 49 %, argumentando que hay cosas que, por ahora, un robot cajero no puede hacer, como responder las preguntas de los clientes sobre bienes o servicios, o venderlos.
En su libro The second machine age ( La segunda era de las máquinas), los economistas del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés), Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee, prevén el fin de decenas de profesiones cualificadas, entre ellas traductores y analistas de datos.
Ya en la primera era, que según ellos fue la correspondiente a la revolución industrial (1760 a 1820/1840), otros oficios, como el de las operadoras que hacían posible la conexión entre llamadas –conectando y desconectando cables a grandes máquinas–, se extinguieron cuando Almon Strowger inventó la central automática.
Esta es para ellos la segunda era y su base son las tecnologías digitales o exponenciales (robótica, inteligencia artificial, nanotecnología, neurociencia, entre otras). Estas serán como una ola que arrastre gente, con máquinas surfeando que se ocuparán de lo que realizaban.
También se pronostica una alta tasa de automatización entre los cocineros de comida rápida, los taxistas y los empleados de callcenters, esta última por ejemplo, tiene la más alta, 99 %, dice la investigación The Future of Employment. Esos oficios pasarán a ser parte de los cuentos del futuro que narrarán historias de aquello que desapareció