Un premio que se construyó en la India
El arquitecto Balkrishna Doshi ganó el considerado “Nobel” de la Arquitectura. El jurado reconoció el respeto por su cultura.
Es el primer indio que gana el premio Pritzker, el más importante que puede recibir un arquitecto en el mundo. Balkrishna Doshi fue el hombre elegido para 2018. Urbanista y arquitecto, tiene 90 años. Es uno de los más conocidos y respetados de su país, en el que ha centrado sus obras: en ellas está la cultura oriental y el mejorar la calidad de vida.
El origen
Su familia está dedicada a la fabricación de muebles desde hace dos generaciones, una labor que influyó en Doshi para que desde que apenas levantaba unos palmos del suelo mostrase interés en el arte y la arquitectura.
Aunque en su amor por esta última tuvo mucho que ver un profesor de colegio que vio en él una chispa del portento en el que se convertiría años más tarde.
Tras estudiar en la Escuela de Arquitectura Sir J.J. de Bombay (oeste), la más antigua y prestigiosa de la India, Doshi viajó a Reino Unido, que acababa de poner fin a su época colonial en la India, con la intención de enrolar- se en el Instituto Real de Arquitectos Británicos.
Después de otros viajes, volver a su país y trabajar con arquitectos importantes de su época, en 1956 creó su firma, Vastushilpa, junto a otros dos colegas. Hoy cuenta con 60 empleados y más de cien proyectos a sus espaldas.
El maestro
En París trabajó cuatro años para Le Corbusier. Dice el recién galardonado que, precisamente, debe su Pritzker a él, su “gurú”.
“Gran parte de mi vida profesional ha sido siguiendo los pasos de Le Corbusier, quien me advertía: tienes que adelan- tarte en las soluciones porque siempre va ha haber alguien más inteligente”, dijo Doshi.
El estilo
Desde su estudio se centró en la arquitectura de la India y unió construcciones prefabricadas con la artesanía local, sin seguir tendencias y con “un profundo sentido de responsabilidad y un deseo de contribuir a su país y su gente a través de una arquitectura auténtica de alta calidad”, según el fallo del Pritzker.
Un estilo que ha aplicado a residencias privadas, institutos públicos, universidades y galerías