¡A CORREGIR EL RUMBO!

Se nos llegó la hora de empezar a recomponer este empobrecido y destrozado país que nos deja el peor presidente que ha tenido Colombia en su historia.

Porque es en nuestras manos donde está el poder para cambiar de rumbo. Somos nosotros quienes todavía podemos decidir el país que queremos y para ello es menester comenzar por la renovación de la rama de poder más representativa del pueblo: el Congreso Nacional.

Ese cuerpo colegiado al que en época de elecciones pocas bolas le paramos, sin reparar en que esa desidia es la encargada de abrirle la puerta de par en par, a una serie de aciagos personajes que, cuando menos cuenta nos damos, están haciendo de las suyas, tal como sucedió con este último en el que, salvo honrosas excepciones, y entre ellas, la trabajadora, estudiosa y disciplinada bancada del Centro Democrático, una plétora de sinvergüenzas, corruptos e ineptos, a cambio de mermelada, puestos, y vaya uno a saber qué otro tipo de dádivas, se entregaron al servicio del señor Santos, y le aprobaron cuanto despropósito se le ocurrió, con tal de sacar adelante el adefesio pactado en La Habana para conseguir su Nobel de Paz.

El domingo es, pues, el día en el que ese 90 por ciento de imagen desfavorable que hemos dejado consignado en las encuestas debe traducirse en hechos: castigar esa legión de pícaros negándoles el voto, y premiar con este, el trabajo honrado de los pocos que con tesón y sabiduría, nos representaron dignamente.

Quiero que el país regrese por la senda de la Seguridad Democrática, la Confianza In- versionista y la Cohesión Social que tantos beneficios trajo. Senda que, de no haber sido por el traidor de marras, tendría este país en condiciones muy distintas. Sin duda, no estaríamos abocados al Socialismo del siglo XXI, no tendríamos al excomandante alias “Aureliano”, punteando en las encuestas aupado por las Farc.

Por eso, en la consulta depositaré mi voto por el doctor

Iván Duque, hombre joven, probo, talentoso, preparado y conocedor de la problemática nacional como pocos. Un trabajador incansable y el único capaz de dar el timonazo para corregir el rumbo antes de que el país se vaya a pique.

Ahora bien, para llevar a cabo estas reformas se requiere del Congreso, invito, entonces, a votar por Centro Democrático. Yo lo haré por el número 1:

Álvaro Uribe, el líder, el patriota, el gran colombiano, el que, a pesar de los errores que haya cometido, es quien mejor representa el país que sueño para mis hijos y nietos, el que quiero que siga siendo guía y formador de ese semillero de jóvenes promesas de la política nacional, y a quien, como dijo el doctor Duque, quisiera ver liderando el Congreso nacional