El Vice, una figura con un poder creciente
Con Germán Vargas el cargo adquirió fuerza cuando se puso al frente de la infraestructura. Óscar Naranjo tiene enfoque en seguridad.
La figura del vicepresidente en Colombia no tiene un rol claro y homogéneo desde que revivió con la Constitución de 1991.
Ninguno de los cinco que han ocupado esa silla han tenido los mismos papeles ni han tenido perfiles similares. Sin embargo, es claro que en los últimos años, esta dignidad ha cobrado importancia desde que la ocupó Germán
Vargas Lleras, a quién se le dio poder y protagonismo.
Así continuó con el general (r) Óscar Naranjo, a quien se le dio la difícil tarea de establecer medidas para mejorar la seguridad ciudadana y la protección de líderes sociales.
No significa que cada Gobierno haya interpretado las funciones a su manera. De acuerdo con la Constitución, el vicepresidente solo tiene
dos tareas: reemplazar al presidente y acatar “misiones o encargos especiales en cualquier sector de la rama ejecutiva” que este le ordene. Es decir, hay un espectro muy amplio de interpretación.
Sumas y restas
“¿Qué ha pasado? En cada Gobierno, los vicepresidentes han sido de distintos perfiles y les han dado distintos roles. “Eso hace que un ciudadano del común no tenga muy claro para qué sirve un funcionario de este tipo”, explicó Jorge Iván
Cuervo, analista político.
Agrega como ejemplo que, mientras a algunos “se les han dado funciones simbólicas”, como a Gustavo Bell en el gobierno Pastrana, “a otros como Vargas Lleras le dieron un superpoder, conociendo que era un presidenciable”.
En términos electorales, la escogencia del vicepresidente solo tiene una misión: aportar votos para ganar las elecciones. Por eso, los candidatos al tomar la decisión buscar atraer sectores políticos ajenos, ganar simpatía de género (varias de las cartas son mujeres) y fortalecer la imagen del candidato con alguien de su entera confianza.
Para el analista, una pregunta que debe abarcarse en este debate es qué función se le va a dar al vicepresidente, pues cada uno de los que ha sido anunciado poseen perfiles distintos.
“Como los gobiernos no han estabilizado esa función, los últimos vicepresidentes han sacado las uñas y han
querido reclamar su caudal político”, aseguró.
Un poco de historia
Antes del actual vicepresidente, Óscar Naranjo, pasaron seis vicepresidentes, pues entre 1905 y 1991 la figura fue abolida. Curiosamente, el primero en volver a ocupar el cargo que dejó por última vez Ramón González Valencia a inicios del siglo pasado es el hoy candidato liberal, Humberto de la Calle, que fue el vicepresidente de Ernesto Samper en 1994. César Gaviria no nombró fórmula por que la Constitución no contemplaba el cargo.
De la Calle no duró todo el periodo. Renunció en 1996 cuando el gobierno Samper ardía por el escándalo del proceso 8.000.
El cargo quedó vacío dos años hasta que el Congreso designó al excanciller Carlos Lemos Simmonds para que ocupara la silla de Samper por una semana, entre el 19 de septiembre y el 7 de agosto de 1998, por la enfermedad del primer mandatario.
Con la llegada de Andrés Pastrana al poder, lo hizo su fórmula Gustavo Bell, hoy negociador con el Eln, quien duró en el cargo todo el periodo.
Su figura no tuvo mayor renombre en una época convulsa para el Gobierno y sus fracasadas negociaciones con las Farc. Desde su posesión hasta 2001 se encargó de la Oficina de Derechos Humanos y en el año restante fue Ministro de Defensa Nacional.
Posteriormente, con la llegada Álvaro Uribe, la silla vicepresidencial la ocupó Francisco Santos Calderón.
Si bien al finalizar su primer mandato, se especuló de su relevo, decidió mantener a Santos, quien se encargó de asuntos humanitarios, pero, su principal misión, fue viajar por el mundo extendiendo el rótulo de terroristas para las Farc, enfrentando la estrategia diplomática de esta organización.
Se centró también en la lucha contra el secuestro, la corrupción, programas en bienestar de la juventud y lucha contra las minas antipersonal.
Concluido el mandato de Uribe, en el primer periodo de Juan Manuel Santos, en 2010, llegó a la vicepresidencia Angelino Garzón, buscando acercar los votos de sectores sociales y sindicales. Para la validación de su cargo, aseguró que él también había sido elegido por los colombianos y, por primera vez, ejerció cierto tipo de oposición al Gobierno.
En línea con su trayectoria como sindicalista, fue negociador en crisis sociales como los paros cafeteros, agrario, de pilotos, las negociaciones por el salario mínimo y las huelgas en el Catatumbo.
El segundo periodo Santos, el asiento del copiloto lo ocupó Germán Vargas Lleras, en lo que se consideró un movimiento político clave para la elección, pues el perfil del vicepresidente le trajo un enorme electorado a la fórmula.
Ahora, cada candidato, menos los que están en las consultas, presentaron sus formulas. Algunos, apelaron a la coherencia ideológica postulando a Jaime Araújo, Jorge Leyva Durán. Otros quieren acercar sectores políticos con Clara López y Claudia López. Luis Felipe Henao y Jorge Mario Eastman son un voto de confianza pues llevan años trabajando con sus fórmulas