¿ES INÚTIL VOTAR?
Poco más de 36 millones de colombianos estamos habilitados para votar este domingo y elegir los senadores y representantes que formarán el nuevo Congreso de la República. Me pregunto cuántos lo haremos.
Históricamente, los colombianos salimos poco a votar. Colombia es hoy el país latinoamericano con los niveles más bajos de participación electoral. Mientras el promedio de abstención electoral en América Latina es de más o menos 30 %, la abstención promedio en las elecciones presidenciales en Colombia en el periodo 1942 – 2014 ha sido del 51 %.
Las únicas elecciones en las que la gente ha votado masivamente fueron las del plebiscito de 1957. En este las mujeres votaron por primera vez y la participación superó el 70 % del censo electoral.
Desde 1978, cuando se celebraron las últimas elecciones del Frente Nacional, la baja participación ha sido relativamente estable. Durante estas últimas décadas la abstención en promedio ha rondado el 60 %.
Las elecciones más importantes de los últimos 100 años fueron las de 1990, cuando se eligió la Asamblea Constituyente para revocar la Constitución de 1886 y reemplazarla por una nueva. Aun así, solo participaron unos tres millones de colombianos, aproximadamente un 25 % del electorado.
En 2014, en los últimos co- micios presidenciales, el índice de abstención superó el 50 %.
¿Por qué tantos colombianos no participan en las elecciones?
El abstencionismo se ha explicado con diferentes argumentos: desde la lluvia en un día de elecciones, hasta la desconfianza hacia los candidatos. Desde el desconocimiento de las nuevas y complicadas normas de las últimas reformas electorales, hasta los escándalos políticos, los problemas de movilidad para llegar a los puestos de votación, y el desinterés por las propuestas de los partidos y el resultado de las elecciones.
Un estudio del Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes concluyó que el abstencionista colombiano es generalmente una persona en la que confluyen el desinterés por la política, los bajos ingresos y una baja identidad partidista.
El estudio asegura que de cada diez colombianos con un bajo nivel de escolaridad, alejados de los medios de comunicación, desinteresados en política y sin identidad partidista, ocho se abstienen de votar.
En 2014 la empresa Polimétrica encuestó a 1.500 abstencionistas. Según César Caballero, la investigación permitió establecer que los abstencionistas, en promedio, son más jóvenes y menos educados que quienes votan de forma regular. La mayoría son hombres y tienen menos ingresos. Son más escépticos frente al concepto de democracia y frente a la forma como ella funciona en nuestro país. Y el 60 % no conoce los beneficios de votar.
Las razones por las cuales dicen no votar se pueden agrupar en tres categorías: la primera - un 25% de los abstencionistas-, por problemas logísticos: no tener inscrita la cédula, no saber el lugar de votación. La segunda - un 34% de la muestra-, porque los posibles votantes no se sienten representados por los candidatos o los partidos. Finalmente, hay un tercer grupo -un 25% de la muestra-, que realmente no cree, no confía, ni le importa para nada la democracia.
Hago parte de una generación que creció de espaldas a la política y que durante muchos años creyó que votar era inútil. Hoy pienso distinto. Creo que la abstención solo ha servido para que una minoría se mantenga en el poder usando las maquinarias electorales, el engaño y la violencia. Ella solo podrá ser derrotada por la mayoría silenciosa, la de los que no acostumbran votar.
Por eso creo que el voto es un derecho que todos debemos ejercer si queremos romper el círculo vicioso de la violencia y del atraso y tener un país más justo, menos desigual, en paz, y donde tengamos cabida todos los colombianos
El abstencionista colombiano es una persona en la que confluyen el desinterés por la política, bajos ingresos y baja identidad partidista.