MORIRSE DE TIEMPO
“Voy” a llover sobre mojado, qué pena, pero hay temas que se vuelven recurrentes porque los problemas que los originan no tienen solución. O puede que sí, quién quita, pero eso será por allá en el año verde, si acaso: La salud. Nuestro sistema de salud.
Creo que todos, en distinta medida, hemos sufrido el calvario, bien sea en cuerpo propio o en el de un familiar enfermo, de exámenes y tratamientos negados o dilatados en el tiempo que impiden la posibilidad de recuperar la salud y el ritmo de vida normal, como la familia de una niña de cuatro años a quien le fue diagnosticada leucemia y tiene que someterse a un trasplante de médula. El procedimiento ya está autorizado, pero los hospitales en capacidad de hacerlo exigen el pago de contado y la EPS lo quiere fiado, que le apunten en la libreta de pérdidas los 245 milloncitos de pesos que cuesta salvar la vida de esta pequeña, que se va diluyendo en ese tira y afloje de tutelas, escritorios y burocracia.
No discuto sobre la cobertura ni la calidad de la medicina en Colombia. Tenemos muy buenos hospitales, clínicas y médicos, pero si algo no ha funcionado, no funciona y quién sabe si funcionará algún día, es el bendito sistema con sus graves problemas:
No se hacen debidamente los programas de promoción y prevención que ayudarían a disminuir los índices de enfermedad, olvidando que sale más barato prevenir que curar.
Insuficiencia de recursos financieros, porque, como si se tratara de cualquier mortal desordenado con sus ingresos, gasta más que lo que recibe.
Las deudas del Estado y de algunas EPS con las clínicas, hacen que estas no presten los servicios completos. La tercerización de servicios, la poca accesibilidad a especialistas y a las ayudas diagnósticas que retrasan los diagnósticos y por ende los tratamientos oportunos.
Los medicamentos en Colombia son tan costosos como los zapatos de Petro. Los productores y los distribuidores se la ganan toda y debemos conformar- nos con el venerable acetaminofén, muy bueno para el dolor de cabeza, pero insustancial para enfermedades de tacón alto.
Los pacientes que hacen un mal uso y afectan el sistema. Hay cientos de miles que consultan cuatro veces en el mes, como mínimo, reclaman drogas que acumulan en un escaparate viejo y después dicen a boca llena que el médico y las epeeses no sirven para nada.
Entre los “no hay agenda”, “llame después” y otros palos
Entre los “no hay agenda”, “llame después” y otros palos en la rueda, pasan muchos meses antes de volver a ver al médico tratante.