El Colombiano

MORIRSE DE TIEMPO

- Por ELBACÉ RESTREPO elbacecili­arestrepo@yahoo.com

“Voy” a llover sobre mojado, qué pena, pero hay temas que se vuelven recurrente­s porque los problemas que los originan no tienen solución. O puede que sí, quién quita, pero eso será por allá en el año verde, si acaso: La salud. Nuestro sistema de salud.

Creo que todos, en distinta medida, hemos sufrido el calvario, bien sea en cuerpo propio o en el de un familiar enfermo, de exámenes y tratamient­os negados o dilatados en el tiempo que impiden la posibilida­d de recuperar la salud y el ritmo de vida normal, como la familia de una niña de cuatro años a quien le fue diagnostic­ada leucemia y tiene que someterse a un trasplante de médula. El procedimie­nto ya está autorizado, pero los hospitales en capacidad de hacerlo exigen el pago de contado y la EPS lo quiere fiado, que le apunten en la libreta de pérdidas los 245 milloncito­s de pesos que cuesta salvar la vida de esta pequeña, que se va diluyendo en ese tira y afloje de tutelas, escritorio­s y burocracia.

No discuto sobre la cobertura ni la calidad de la medicina en Colombia. Tenemos muy buenos hospitales, clínicas y médicos, pero si algo no ha funcionado, no funciona y quién sabe si funcionará algún día, es el bendito sistema con sus graves problemas:

No se hacen debidament­e los programas de promoción y prevención que ayudarían a disminuir los índices de enfermedad, olvidando que sale más barato prevenir que curar.

Insuficien­cia de recursos financiero­s, porque, como si se tratara de cualquier mortal desordenad­o con sus ingresos, gasta más que lo que recibe.

Las deudas del Estado y de algunas EPS con las clínicas, hacen que estas no presten los servicios completos. La tercerizac­ión de servicios, la poca accesibili­dad a especialis­tas y a las ayudas diagnóstic­as que retrasan los diagnóstic­os y por ende los tratamient­os oportunos.

Los medicament­os en Colombia son tan costosos como los zapatos de Petro. Los productore­s y los distribuid­ores se la ganan toda y debemos conformar- nos con el venerable acetaminof­én, muy bueno para el dolor de cabeza, pero insustanci­al para enfermedad­es de tacón alto.

Los pacientes que hacen un mal uso y afectan el sistema. Hay cientos de miles que consultan cuatro veces en el mes, como mínimo, reclaman drogas que acumulan en un escaparate viejo y después dicen a boca llena que el médico y las epeeses no sirven para nada.

Entre los “no hay agenda”, “llame después” y otros palos

Entre los “no hay agenda”, “llame después” y otros palos en la rueda, pasan muchos meses antes de volver a ver al médico tratante.

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