“Las series garantizan que no vas a pensar”
La directora argentina Lucrecia Martel estuvo en el Mamm conversando sobre otras maneras de hacer cine.
En su charla sobre el sonido, Lucrecia Martel dijo al público que dibujara una mujer mirando un reloj de alarma. El resultado se vio en la pantalla, y dijo: “¿Por qué el 90 % dibuja un reloj si todos nos despertamos con un celular?”
Así comenzó a hablar sobre los lugares comunes en el cine y sobre aprender a observar la realidad como la vemos, no como la enseñan.
Acerca de Zama, su más reciente cinta, cuenta que fue difícil encontrar películas sobre el pasado que no reafirmaran la historia oficial. “Por eso me pareció atractivo hacer una histórica, como ciencia ficción”.
Sus declaraciones más controversiales siguen siendo su rechazo a las series: “Como ahora todo el mundo está enamorado de ellas, si estás en contra se te tiran encima como si fuera una falta de respeto
a la madre”.
¿Por qué el sonido es fundamental en su cine?
“Mis películas surgen de una construcción sonora. Vengo de una familia de tradición oral, de contar cuentos, aparecidos. La gente desprecia la narrativa oral, pero hay una creatividad enorme alrededor del uso de la lengua.”
Y tampoco se habla en sentido lineal...
“Exacto, la deriva... Cuántas veces no importa la conversación sino de qué estás hablando. Uno no se junta con un amigo porque pasa algo sino porque hay una satisfacción, y por eso digo que la cultura oc-
cidental hizo triunfar un modelo narrativo argumental”.
Y eso mismo le critica a las series...
“No quiero alargarme en eso, pero, ¿no es curioso esa legitimidad instantánea que han tenido las series, que complacen a todo el mundo? Hasta los políticos las citan, y ¿cuándo has visto que un político cite algo serio? Nunca. Para mí son la garantía de que no vas a pensar en nada”.
¿Vería alguna serie?
“¡No! Ya intenté con todas. Lost me parece una pelotudez. Mad Men me parece maravillosa. Game of Thrones es una boludez atómica. Sí, muy encantador ese universo, está bien. Si fuera una chica de 8 años jamás vería eso. Si lo comparamos con el cine independiente solo de Estados Unidos, narrativamente nos daríamos cuenta que es un experimento que atrasa. La división en capítulos, por ejemplo, es un poco falsa. Nadie ve en realidad un capítulo; la gente ve una temporada en un día. Además, de los 30 minutos ya te has visto 10, entre títulos y actualizaciones, información redundante”