LA VIOLENCIA VERBAL Y CASI FÍSICA QUE EMPAÑÓ LA JORNADA ELECTORAL
Los gestos y las palabras empleados por numerosos votantes contra los jurados de las mesas de votación en algunos puntos de Medellín, debido a los errores evidentes de distribución de los tarjetones de la consulta interpartidista, por parte de la Registraduría Nacional del Estado Civil, se convirtieron en otro retrato más de intolerancia y atropello entre ciudadanos.
Es entendible la preocupación y el malestar que pudieron surgir entre quienes acudían a las urnas, porque durante varios minutos u horas debieron esperar las “votocopias” con que al final se sorteó la deficiente planificación de las autoridades electorales para garantizar las consultas.
Pero el trato de “guerrilleros”, “ladrones”, “corruptos” y demás improperios recibidos por los jurados de los puestos en los que se presentó la deficiencia es inaceptable, en especial porque los jurados cumplían un deber cívico obligatorio, en los centros de votación que les tocaron en suerte. Hacerlos responsables a ellos del faltante de tarjetones, insultarlos y pretender incluso agredirlos es inaceptable y debe ser rechazado.
Varias cartas y quejas recibidas en esta redacción dan cuenta del temor que les hicieron sentir algunos energúmenos a los jurados, además de que estuvieron a punto de provocar episodios de destrucción y lesiones personales.
La cultura democrática, además del voto, está en tramitar los conflictos de manera civilizada e inteligente