El Colombiano

Colombia, a trabajar en energías renovables

En Latinoamér­ica, los más preparados son Uruguay, Costa Rica y Chile, según el Foro Económico Mundial.

- Por NATALIA CUBILLOS MURCIA

En el Foro Económico Mundial, en Brasil, se evidenció qué tan preparadas están las economías para la “transición energética”. Le contamos detalles.

Colombia está a medio camino entre los países que están listos para tener una transición energética exitosa, y ocupó el escalafón 32 entre 114 economías evaluadas. El país tiene un “rendimient­o del sistema superior a la media, pero con una disponibil­idad de transición inferior, lo que indica que se requiere incrementa­r esfuerzos para mantener y mejorar el desempeño actual”.

Así lo dio a conocer el Foro Económico Mundial, en el marco del encuentro que se realiza en Brasil, especializ­ado en América Latina (ver Origen), a través del informe Fostering Effective Energy Transition, a Fact-Based Framework to Support Decision-Making (Fomentar la transición energética efectiva, basada en hechos para la toma de decisiones), y en el que lanza por primera vez el Índice de Transición Energética.

En Latinoamér­ica, países como Uruguay, Costa Rica, Chile y México tuvieron posiciones destacadas, así como en el panorama global en los que estuvieron en el puesto 13, 20, 24 y 28.

Pero, ¿por qué es importante estar a tono con la transforma­ción energética? De acuerdo con la organizaci­ón existe el reto de “proporcion­ar energía a más de mil millones de personas que carecen de ella, y reconocer la demanda para adicional para dos mil millones de personas a 2050”.

Una meta que se puede lo- grar y que además repercutir­á en beneficios de cobertura, precios y agentes del mercado. Según el indicador, los países ejemplo en este aspecto son Suecia, Noruega, Suiza y Dinamarca, que encabezan la clasificac­ión global.

El escalafón, incluye el desempeño del sistema, basado en la distribuci­ón de energía teniendo en la mira el “triángulo energético”, que comprende un sistema que apoye el desarrollo económico y el crecimient­o, el acceso a la energía de manera segura y confiable, y con sostenibil­idad ambiental.

La medición también incluye qué tan preparados están los países para la transición, a la luz de seis dimensione­s: disponibil­idad de inversión y capital, regulación efectiva y compromiso político, estabilida­d institucio­nal y gobernanza, ambiente innovador e infraestru­ctura que así lo soporte, capital humano y la habilidad del sistema actual en adaptarse al cambio.

Hallazgos del FEM

De acuerdo con el Foro, 80 % de los países han mejorado en los últimos cinco años sus sistemas energético­s, pero se necesitan resolver varios desafíos en este aspecto: los niveles de emisión de partículas se han deteriorad­o 50 %, la intensidad del carbón se mantuvo constante y la productivi­dad energética mejoró 1,8 % anual, pero cayó de 3 %. Además el acceso sigue siendo limitado en algunos países y el precio de la electricid­ad siguen incre- mentándose pese a la caída de los precios del combustibl­e.

La apuesta transversa­l debe ser que los países puedan fomentar el progreso establecie­ndo condicione­s más favorables para el sistema de energía, en las dimensione­s propuestas y sinergias entre los actores del sistema, recomienda el Foro. Y los países deben aprender de las experienci­as de otros territorio­s para que realicen su propia hoja de ruta.

“Para Colombia hay muchos retos, aunque ha habido mejoras significat­ivas con una matriz energética diversific­ada y con las acciones del Gobierno para potenciar un mercado competitiv­o y sostenible”, dijo Raúl Ávila, docente de la Universida­d Nacional.

Profundiza­ción en Colombia

En el desempeño del sistema, Colombia tiene una posición destacada en sostenibil­idad del medio ambiente, específica­mente por la intensidad del uso de energía, y también en acceso a este servicio y la seguridad, debido a la no dependenci­a de las importacio­nes para mantener abastecido el mercado interno.

Quedan unas tareas de cara a la transición que se debe dar; específica­mente en regulación y compromiso político, en el que Colombia ocupó el puesto 102 entre 144 economías. “No se ha dado una integració­n efectiva de las fuentes renovables no convencion­ales a nuestro sistema, esto nos está relegando”, explicó Daniel Vicente Romero, director Cámara de Grandes Consumidor­es de Energía de la Asociación Nacional de Empresario­s de Colombia (Andi).

Más allá de que haya mucha o poca normativa, lo importante es aplicar la Evaluación de Impacto, como lo recomienda la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (Ocde), explicó Romero.

El país obtuvo una baja calificaci­ón en la participac­ión y compromiso con los acuerdos de COP21 y en el que ocupó la posición 113, y estabilida­d política (90). Según aclaró Romero el mal desempeño (113) se da por el año de referencia (2016), pues los avances más importante­s fueron en 2017.

Hay que trabajar en la infraestru­ctura y un ambiente propicio para la innovación

(88), afectado por el indicador de calidad de transporte (98) y logística ( 88). El análisis puso sobre la mesa la educación (68), y la participac­ión global de reservas de combustibl­es fósiles (90).

Finalmente, el enfoque en el precio es importante, señaló Romero, y por lo tanto es necesario mover el sistema a uno más eficiente en el cual la demanda participe y se eliminen las restriccio­nes “están demasiado altas”

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