“A pesar de la ambivalencia, el comportamiento de ciertos indicadores pareciera mostrar que la recuperación económica está en marcha. Las decisiones del Emisor ayudarían a fortalecer la confianza”.
A pesar de la ambivalencia, el comportamiento de ciertos indicadores pareciera mostrar que la recuperación económica está en marcha. Las decisiones del Emisor ayudarían a fortalecer la confianza.
Frente a unas mejores condiciones de la economía colombiana, el Banco de la República proyecta, para 2018, un crecimiento del PIB de 2,7 por ciento. Este se sustentaría “en la aceleración de la demanda externa, los efectos de las reducciones previas en las tasas de interés y la inversión en obras civiles, entre otros factores”.
Dicho pronóstico coincide con el del Fondo Monetario Internacional, institución que considera que el mejor entorno externo deberá favorecer la recuperación económica.
Recientemente, se ha visto que, por ejemplo, la inflación mantiene su tendencia a la baja y que esta cada vez se acerca más a la meta establecida por el Emisor. De igual manera, las exportaciones vienen creciendo, favoreciendo la reducción del déficit comercial.
Otros indicadores, como la producción industrial, el comercio interno, el turismo y la confianza del consumidor, aunque con resultados ambivalentes en algunos casos, parecieran mostrar que la situación económica tiende a mejorar.
Según el Dane, en enero de 2018 la industria tuvo, con respecto a igual mes de 2017, un buen desempeño.
Así, la variación anual de la producción (real) manufactu- rera fue del 1,0 por ciento y la de las ventas del 3,1 por ciento. Un año atrás, dichos guarismos fueron, respectivamente, de -0,1 y 1,3 por ciento. Adicionalmente, en enero pasado, 20 de las 39 actividades industriales tuvieron variaciones positivas en la producción real.
Cuando se considera la serie desestacionalizada (es decir, se hacen ajustes técnicos a las diferencias sistemáticas según el momento del año), la producción real de la industria crece, en enero de 2018, 0,5 por ciento. En igual mes de 2017, la variación fue de -2,5 por ciento.
Otro sector que, en enero pasado, también presentó una reacción fue el comercio minorista. En dicho mes, las ventas reales presentaron una variación anual del 6,2 por ciento. Un año atrás, dicho cambio fue de -1,6 por ciento.
El comportamiento del comercio respondió, en buena parte, al crecimiento de las ventas de vehículos y motos (26,0 por ciento), equipos de informática y telecomunicaciones (25,9 por ciento) y alimentos y bebidas no alcohólicas (7,0 por ciento).
Finalmente, en enero de 2018, ocho de las 16 líneas de mercancía del comercio registraron variaciones anuales positivas en sus ventas reales.
Por su parte, según el Dane, en el primer mes del año, la ocupación hotelera fue del 56,0 por ciento, lo que representa, con respecto a igual período de 2017, un crecimiento del 2,6 por ciento. Adicionalmente, la ocupación en enero pasado fue la más alta, para ese mes, desde 2008.
De acuerdo con Fedesarrollo, en febrero de 2018, el Índice de Confianza del Consumidor se mantuvo negativo (balance de -7,8 por ciento). Ello, aunque representa una caída de 2,4 puntos porcentuales frente a enero, significa un incremento de 16,5 puntos porcentuales respecto a febrero de 2017.
Es claro que algunos de los indicadores sectoriales muestran tendencia al alza en el primer mes de 2018. Ello se puede interpretar como una señal de que la reactivación económica efectivamente avanza.
Sin embargo, el hecho de que algunas actividades industriales y comerciales presenten crecimientos negativos pareciera indicar que dicho avance todavía no adquiere la solidez esperada.
Cabe esperar que las decisiones que hoy tome la Junta Directiva del Banco de la República les ayuden, a los diversos agentes, a fortalecer la confianza en el devenir económico del país