El Colombiano

LOS ESPEJOS DEL TERROR

- Por DAVID E. SANTOS GÓMEZ davidsanto­s82@hotmail.com

El miércoles en la noche un sicario disparó siete tiros a los tres ocupantes de un auto que recorría las calles de Río de Janeiro. El atentado dejó dos muertos: el conductor Anderson

Gomes y la reconocida política de izquierda Marielle Franco, de 38 años, activista, defensora de derechos humanos y crítica de las últimas intervenci­ones militares en las barriadas pobres de la ciudad. El asesinato fue condenado por todo el espectro ideológico brasileño, desde la derecha del presidente Michel

Temer hasta la izquierda a la que pertenecía Marielle y rápidament­e se empezó a escuchar la palabra “mexicaniza­ción”, para describir el huracán imparable de violencia que vive ese país.

Decir que Brasil se parece a México por la seguidilla de crí- menes y la degradació­n institucio­nal es apenas la última de las comparacio­nes entre latinoamer­icanos. Hace apenas unos años, el mismo México habló de “colombiani­zación”, para explicar por qué sus calles se llenaban de cadáveres por la guerra entre carteles y la intervenci­ón del Ejército.

Una pirámide de desgracia con las sombras de Brasil como México y México como Colombia. Tres tragedias que comparten sus raíces en una mezcolanza fatal de narcotráfi­co, corrupción y debilidad estatal pero que tienen diferencia­s profundas y cuyas caracterís­ticas individual­es impiden equipararl­as sin caer en simplifica­ciones.

Sin embargo, el uso del otro como adjetivo para describir las tragedias nacionales y las angustias propias es un ejemplo tan patético como común. Una especie de placebo que nos permite respirar mejor mientras insistimos que hay alguien peor que nosotros. Un espejo cómodo que no devuelve en su reflejo las particular­idades de nuestras miserias.

Resulta obvio que Brasil está lejos de parecerse a Mé- xico, que se ahoga en una guerra que empezó Felipe Calderónco­ntra el narco y parece eterna, o que el país norteameri­cano, a su vez, no es Colombia, ahora orgullosa de su nuevo camino aun cuando los líderes sociales son asesinados uno tras otro sin tregua y no ceden ni la corrupción ni el narcotráfi­co.

Pero las comparacio­nes son resultado de lo irracional y efectivo que es el miedo y de cómo los países buscan su referente de pánico más cercano. Vale la pena tenerlo presente para evitar la reducción de los problemas y, en el caso colombiano, para ser más agudos y críticos. Para enfrentar con argumentos el grito que anuncia a Venezuela como nuestro modelo de terror

Los países buscan su referente de pánico más cercano, y Colombia anuncia a Venezuela como nuestro modelo de terror.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia