MURCIÉLAGOS
En enero pasado, la temperatura en Sidney (Australia) y alrededores alcanzó 47° C, la más alta desde 1939. Al sur de la ciudad se encontraron más de 400 zorros voladores, murciélagos, muertos por el calor, algunos todavía colgados de los árboles. Fueron pocos frente a lo acontecido el 4 de enero de 2014 al sudeste de Queensland en una de las muertes masivas más dramáticas en ese país. Se dijo entonces que murieron más de 45.000 murciélagos en 52 de las 162 colonias que se estudiaron. Se afectaron individuos de las tres especies (negro, cabecigris y rojo pequeño). En esa región la temperatura subió hasta a 44,6° C en Beaudesert y no demoraron los medios en reportar la masiva muerte. Literalmente, del cielo caían murciélagos, según un informe presentado en The Conversation. En algunas colonias se encontraron más individuos muertos que vivos. Los organismos de ayuda y ciudadanos preocupados hallaron al menos 1.000 huérfanos, murciélagos jóvenes No ha sido el único evento, sí el más masivo. Entre 1994 y 2008 hubo 19 con más de 30.000 zorros voladores muertos. Luego, en el llamado verano furioso de 2009, cerca de 10.000 fallecieron. En todos los casos el aumento de la temperatura fue responsable, siendo esta la amenaza más directa por los calores extremos cada vez más frecuentes. Los zorros voladores desempeñan un papel ecológico y económico importante con la polinización y la dispersión de semillas, aunque en ocasiones se permite su caza.