ACTUALIDAD
Varios dirigentes que son hoy contradictores tuvieron alianzas en el pasado, y otros nuevos socios eran antes enconados adversarios.
Amores y desamores que se tejen en las campañas políticas
Antiguos adversarios que ahora están de luna de miel; otrora enamorados que se sacan los trapos al sol; y relaciones marchitas que podrían aflorar al calor de la contienda electoral. Ese es el resumen de las alianzas y coaliciones políticas que hoy se disputan el solio de Bolívar.
Aunque podría ser prueba de que en la política no hay lealtad ni coherencia, o ratificar el paradigma de que se trata de una actividad “dinámica”, para los expertos es el resultado normal de la evolución de los discursos, contextos, hechos y percepciones en la opinión pública.
Cuando se está a la búsqueda de votos se perdonan las ofensas, y los viejos amores resucitan. Y con quien nunca se ha tenido amoríos electorales, pero aporta, también será bien recibido.
Infidelidades a granel
Hace ocho años Juan Manuel
Santos y Germán Vargas se casaron en segunda vuelta, y hace cuatro años el presidente recibió dos adhesiones impensables para segunda: Claudia
López y Clara López, enconadas críticas del Gobierno y sus aliados. Las unió un contendor común, Álvaro Uribe.
Algo parecido ocurrió en el 2002. Germán Vargas desertó del Partido Liberal para ayudarle a Uribe a derrotar a Ho
racio Serpa, cogobernaron. En el 2009 se separaron y ahora se coquetean de nuevo.
Otro caso emblemático es
el de la tortuosa relación entre los expresidentes Uribe y An
drés Pastrana. El primero despotricó de su antecesor para hacerse elegir y cuestionó su gestión. El segundo no agotó esfuerzos para desprestigiar a Uribe y luego a su nuevo partido. Hoy de esa enemistad solo quedan registros de prensa.
En la carrera actual, los principales aliados de Santos en los últimos años, Vargas,
Juan Carlos Pinzón y Humberto de la Calle, hacen todo lo posible para que no los presenten como “los de Santos”.
Piedad Córdoba tampoco quiere que la relacionen con el presidente de Venezuela, Nico
lás Maduro, y menos con el nuevo partido de la Farc. Y Ser
gio Fajardo, que en Antioquia se hizo elegir como gobernador en alianza con el Partido Liberal, afirmó hace dos meses que con esa colectividad no podría combatir la corrupción; pero como ya no puntea en las encuestas, se tomará un café esta semana con De la Calle, candidato de ese partido.
De la Coalición Colombia hace parte el senador y exprecandidato presidencial Jorge Ro
bledo, del Polo Democrático, enconado crítico de la gobernación de Fajardo 2012 - 2015. A todo eso se le echó tierra. De igual manera, Marta
Lucía Ramírez, quien renunció el año pasado al Partido Conservador porque estaban “enmermelados” y eran cómplices del gobierno de Santos, pero tan pronto Duque ganó la consulta corrió a su antigua casa para tratar de arrimarlos. Los conservadores estuvieron casados ocho años con Uribe, se divorciaron y se casaron ocho con Santos. Pero ahora están pensando en regresar al primer hogar que los acogió.
Y el Partido Liberal, férreo opositor del gobierno de Uribe, y que se alió con Santos para cobrarle al expresidente, también contradictor de Var- gas Lleras, ahora prepara nupcias con cualquiera de los dos.
Relaciones de poder
Ejemplo de los amores y desamores del poder abunda en la historiografía política. Según Pa
tricia Muñoz, docente de Ciencia Política de la U. Javeriana, en la política no hay amigos eternos ni enemigos permanentes, sino aliados transitorios, y esas alianzas se explican porque en la contienda se lucha por percepciones positivas en los electores y negativas en los contradictores.
Agrega que, como la contienda tiene de transfondo la movilización de electores a las urnas, muchos dirigentes que se presentan como “independientes” terminan coqueteando o enamorando a caciques, que son quienes tiene cuadros organizados en lo local.
Para Angélica Bernal, directora del Departamento de Ciencia Política de la U. Jorge Tadeo, las ideas políticas, las opiniones sobre temas puntuales pero, además, las oportunidades, varían todo el tiempo y muchas figuras tienen trayectorias tan largas que han transitado por todo el espectro ideológico. “La política cambia todo el tiempo y va poniendo escenarios distintos en los que los políticos cambian de compañía o posición”.
Al respecto Miguel García, codirector del Observatorio de la Democracia de la U. de los Andes, dice que no todas las enemistades y amistades son comparables. “Unas son oportunismo, otras obedecen a una dinámica de coaliciones”.
Ahora... cuando se estructure la nueva coalición de Gobierno, vendrán más desencantos y amores furtivos