El Colombiano

SIETE PUNTOS SOBRE LAS ELECCIONES

- Por RAFAEL NIETO LOAIZA rafaelniet­oloaiza@yahoo.com

Con la distancia que permiten estas dos semanas, hay conclusion­es adicionale­s de las elecciones del pasado once de marzo:

1. La ciudadanía entendió que estas elecciones eran muy importante­s y que su voto contaba. En consecuenc­ia, acudió en mucho mayor número a las urnas. Por ello bajó notablemen­te la abstención. Con el 98,87 % de las mesas precontada­s, en las parlamenta­rias votaron 17.818.185 personas de 36.493.318 potenciale­s sufragante­s. Es decir, un 48, 82 % de participac­ión, la más alta desde 1991 y casi un 20 % superior a la tasa promedio (40,5 %) de las elecciones parlamenta­rias anteriores. Más de tres millones de votantes adicionale­s.

2. Ese aumento de la votación y el que un número mayor de movimiento­s pequeños superaran el umbral del 3 %, necesario para tener representa­ción en el Congreso (MIRA, Colombia Justa y Libres y la Coalición ASI, UP, MAIS, llamada “de la decencia”), hicieron que a pesar de que el Centro Democrátic­o creciera en 468 mil votos, un 23 % más que hace cuatro años, se quedara con los mismos 19 senadores que en 2014 (se le había adjudicado uno más por los errores cometidos contra el MIRA en esas elecciones).

3. En todo caso, el CD se convirtió en el partido más votado y en la mayor fuerza parlamenta­ria, con 51 congresist­as (19 senadores y 32 representa­ntes). No es poca gracia, en particular si se considera que lo consiguió tras ocho años de oposición, sin puestos, sin contratos, sin mermelada, con apenas una gobernació­n y un par de alcaldías. Sí se puede hacer política solo con ideas, programas y propuestas.

4. Las consultas del once de marzo fueron un éxito. Si la del Partido Liberal en diciembre fue una vergüenza (690.435 votantes) y nos salió carísima ($40 mil millones), en estas participar­on casi diez millones (6.138.503 en la consulta por Colombia y 3.541.288 en la de la izquierda) y costaron muchísimo menos ($24 mil millones). En todo caso, el error de la Registradu­ría en la distribuci­ón de los tarjetones afectó negativame­nte la consulta por Colom- bia y también la votación del CD al Congreso.

5. Es previsible que para el 2022 el grueso de los partidos haga consulta el mismo día de las parlamenta­rias para aprovechar sus ventajas: permite a los candidatos hacer campaña más temprano, genera sinergias con las de los aspirantes al Congreso, acapara la atención de los medios, facilita la obtención de recursos de donantes, tiene reposición de gastos. En el caso del CD, además, se enlazó con el procedimie­nto de escogencia de Duque a través de encuestas y con los 35 foros regionales y temáticos que hicieron sus precandida­tos a lo largo y ancho de todo el país. El éxito del CD está cuidadosam­ente trabajado.

6. El gran perdedor del once de marzo es Santos. La segunda vuelta del plebiscito “por la paz” se votó ese día y de nuevo salió derrotado. A pesar de toda la burocracia, la mermelada y el poder de la maquinaria regional, los partidos de su coalición perdieron 36 curules (la U 19, los conservado­res 10, el Liberal 7). Sus candidatos no despegaron. De la Calle está muerto y Fajardo en cuidados intensivos. La estrategia de conquistar a los liberales y de alejarse de Petro no le funcionará. No es creíble y es demasiado tibio. Vargas Lleras respira con dificultad. Aunque Cambio Radical aumentó mucho su fuerza en el Congreso, ya es claro que no será viento de cola para la candidatur­a de Germán.

7. Salvo que ocurra algo extraordin­ario (es poco probable, pero posible porque en política dos meses de campaña son una eternidad), las elecciones están entre Duque y Petro, Pero Duque está cada día más fuerte porque el crecimient­o del exalcalde a pocos días de las elecciones generó una profunda ola de miedo y también porque Iván identifica al Centro Democrátic­o, la única oposición fuerte a Santos y a la izquierda, tiene el respaldo de Álvaro Uribe y su fuerza parlamenta­ria, y es una figura joven, brillante y seria. Ahora suma la fuerza moral y de género de Marta Lucía Ra

mírez. Si ataca las fortalezas señaladas de Petro, si no se equivoca y si no se cae en triunfalis­mos, será el próximo presidente de Colombia

El gran perdedor del once de marzo es Santos. La segunda vuelta del plebiscito “por la paz” se votó ese día y de nuevo salió derrotado. A pesar de toda la burocracia, los partidos de su coalición perdieron 36 curules.

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