El Colombiano

Dosis mínima, ¿excusa o un derecho ciudadano?

- Por JULIÁN AMOROCHO BECERRA

El Fiscal y la Corte Suprema se enfrentan 24 años tarde por la regulación y la lucha contra el microtráfi­co de drogas.

Un nuevo debate alrededor de la reglamenta­ción de la dosis mínima en el país tiene enfrentado­s al Fiscal General de la Nación y a la Corte Suprema de Justicia.

Todo surgió a raíz del anuncio del jefe del ente acusador, Néstor Humberto Martínez, quien anticipó que en compañía de la Policía Nacional se presentará un proyecto de ley para reformar la reglamenta­ción de la dosis.

“Necesitamo­s ajustes legales para vencer el microtráfi­co, la mayor amenaza contra nuestros niños y adolescent­es”, sostuvo Martínez.

La situación que ataca el Fiscal tiene que ver con la posición de los jueces ante el tema. Por un lado, la Sala de Casación de la Corte Suprema de Justicia determinó en marzo de 2016 que la dosis mínima de droga es la que el consumidor necesite, por tanto, los que sean encontrado­s con una dosis mayor a la que se establece por ley (20 gramos de marihuana y 5 gramos de cocaína), si es para su propio consumo, no podrán ser encarcelad­os.

Esta postura se alinea con la de la Corte Constituci­onal, que desde 1994 vinculó el consumo de la dosis mínima a la libertad propia del ciudadano, entendiend­o que el adicto es un enfermo y no un delincuent­e.

Sin embargo, para Martínez, esta protección que otor- ga la Rama Judicial se ha vuelto un “escampader­o” de expendedor­es y microtrafi­cantes, “si son 20 papeletas (las incautadas) el malandrín de las drogas dice que son las de la semana, si son 40 que son las de la quincena, si son ochenta que son las del mes y si es una tonelada nos dicen que es la del resto de su vida”, indicó.

Desde la Corte Suprema de Justicia no aceptaron la crítica, y el presidente de la Sala Penal, Luis Hernández, aseguró que ni la Policía ni la Fiscalía están justifican­do con pruebas que los capturados estén ven- diendo y no consumiend­o.

Sin embargo, este nuevo enfrentami­ento desnuda la apatía desde el Congreso por no legislar sobre la materia, pues desde hace 24 años existe el concepto de dosis mínima, sin que exista una ley clara sobre su articulaci­ón.

Asimismo, expertos en temas constituci­onales como Kenneth Burbano, resaltó que el papel de la Corte ha sido abarcar el tema del consumo, “otra cosa es la distribuci­ón o el comercio. Resolver problemas sociales como el consumo y el microtráfi­co con penaliza-

ción no lo resuelve. Es como pensar que el sicariato por parte de adolescent­es se resuelve disminuyen­do la edad para poder judicializ­ar”.

Recalcó que “penalizar el consumo de la dosis mínima es un retroceso en materia de derechos”, pues “lo que hace falta es estudiar más el delito como fenómeno social, ata-

cando sus causas y las penas o la creación de nuevos delitos no ha dado resultado”.

Frente a las cifras, el último consolidad­o exacto correspond­en al año 2016. En este, la Policía registró que 63.793 personas fueron capturadas por tráfico, fabricació­n o porte de estupefaci­entes. Esto correspond­e a un 26 % del total de capturas del año, lo que ubica a este delito como la mayor causa de aprehensio­nes.

Sin que hayan datos cruzados entre la Policía y los jueces, el fiscal estima que casi un 50 % de los capturados tiene posibilida­d de no terminar judicializ­ado por este delito.

No obstante, el informe Forensis que publica Medicina Legal anualmente recalcó en su última edición, de 2016, la drogadicci­ón como un factor de peso dentro de las muertes registrada­s. En el primer caso, en los homicidios en los que pudo incidir algún factor de vulnerabil­idad, el más común encontrado es la drogadicci­ón con un 6,47% de los casos.

Detrás aparecen el desplazami­ento y la sexualidad diversa como otros factores.

Igual en los casos de muertes accidental­es, la sobredosis es el segundo indicador más registrado por Medicina Legal

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