A construir políticas con las comunidades
El primer paso para la resolución de un conflicto socioambiental es reconocer el problema. Cuando se hace, los países empiezan a tomar acciones, y así lo está haciendo Colombia. Hay que tener en cuenta que el convenio no era vinculante, por lo que el país debió llevarlo al Congreso para que tenga efecto en la normatividad nacional. Teniendo claro esto, se identifican tres retos gigantes. Uno, a nivel político, por eso el país debe fortalecer la política pública para el control y uso del mercurio. El segundo reto es técnico, monitorear y controlar, un asunto realmente complejo. En ese sentido, se deben generar una líneas de investigación, en las cuales el mercurio de la minería ilegal es el que más preocupa, porque además de que no se sabe cómo se utiliza, se desconoce cómo es el posconsumo, es decir, no hay control para que no llegue a los ecosistemas. El tercer reto es social y este, quizás, es el más difícil, porque la gente debe comprender que el mercurio es un elemento perjudicial para los ecosistemas y, naturalmente, para la salud. Estos procesos deben hacerse con las comunidades menos favorecidas, porque conocerán de cerca los riesgos que implica emplear el mercurio, pues muchas personas lo emplean por su necesidad económica sin saber de las consecuencias. Colombia se reconoce como un país que legisla de manera positiva para enfrentar los problemas, pero el asunto no está en la construcción de la ley, sino que no se implementan políticas públicas claras, porque los actores no participan. La construcción de políticas públicas debe ser basada en las comunidades y a las múltiples variables que están alrededor ellas, porque son las que conviven con los problemas.