¿Funcionará en Medellín una tienda sin quien la atienda?
Medellín inició una estrategia que busca comprobar que sí es posible confiar en los ciudadanos.
Chocolates, dulces, galletas y chicles son ofrecidos en varios puntos de la ciudad con una particularidad: nadie atiende a los clientes y estos deben dejar el dinero que corresponde por el producto que se llevan.
La iniciativa comenzó la semana pasada en la capital antioqueña y hace parte de la estrategia de cultura ciudadana que desde la Alcaldía se ha llamado “Ciudadanos como vos”.
Lina Botero, secretaria de Cultura, explicó que las personas podrían dividirse en dos: los cumplidores y los incumplidores. “Nos estamos enfocando en los cumplidores, a través de experimentos sociales que demuestren que en Medellín, la mayoría de personas le están cumpliendo a la ciudad”, sostuvo la funcionaria.
Así funcionan las tiendas
El experimento social comenzó con seis tiendas de confianza, en las que todos los productos valen mil pesos.
Los puntos de venta están enmarcados en un espejo y cuentan con instructivo en el que se explica que la tienda no es atendida ni vigilada, porque se confía en los ciudadanos.
La estrategia comenzó en el centro de la ciudad. En el primer piso del edificio de la Alcaldía permaneció una tienda fija y otra estuvo rotando por las oficinas. Las demás se ubicaron en la plazoleta del centro administrativo, en la Plaza de la Libertad y en el Plaza Mayor. La sexta chaza estuvo deambulando por diferentes puntos de la ciudad, como estaciones del Metro e instituciones educativas.
Según indicó Botero, esta semana entrarán en funcionamiento 20 nuevos locales de venta. El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, manifestó que “en los primeros días, después de ‘cuadrar caja’, hubo un cumplimiento del 93% y esto lo agradezco a la ciudadanía”.
Explicó que el dinero irá a un fondo para financiar ideas que tengan los habitantes de la ciudad para fortalecer la cultura de la capital antioqueña.
Cuestión de honestidad
Gregorio Henriquez, antropólogo e investigador urbano, afirmó que “los paisas han sido caracterizados por ser vivos y sin escrúpulos a la hora de hacer negocios”. Dijo también que este tipo de estrate-
gias ayudan a entender que esas características pueden corresponder a un bajo porcentaje de la población.
Botero, por su parte, afirmó que se tuvieron en cuenta
los riesgos, pero “el hecho de mirarse en el espejo que tiene la tienda, hace a los ciudadanos pensar en sus decisiones”.
Ante esto, el antropólogo explicó que “al ver el rostro en el espejo, se identifican como ciudadanos que no se pueden ocultar. Es como si se vigilaran a sí mismos”.
Iniciativas similares
En ciudades de EE. UU y Europa es común encontrar tiendas y mercados que fomentan la autorregulación, “en donde los ciudadanos saben que se podrían llevar todo lo que quieran, pero no es correcto hacerlo”, dijo el antropólogo.
Y destacó otras propuestas de Medellín que estimulan la confianza como “Palabras Rodantes” del Metro y Comfama, en el que se prestan libros en las estaciones que deben ser entregados, voluntariamente, al terminar de leerlos; un café de Laureles en el que cada uno paga lo que considera apropiado, el Metroplús que no tiene grandes barreras para hacer la fila, o El Teatrico, en donde cada quién le da el valor a la función