El Colombiano

LA VERDAD DE UN PIROPO

- Por PAULA DANIELA FLÓREZ B. Universida­d Pontificia Bolivarian­a Facultad de Trabajo Social, 3° semestre. florez1405@hotmail.com

Vas por la calle y escuchas el sonido como si llamarán a un perro, no pones atención y sigues caminando. Más adelante, escuchas un “piropo” de muy mal gusto de un grupo de hombres adultos, así que aceleras tu paso y empiezas a cubrir tu cuerpo, sintiendo asco e insegurida­d. ¿Pero, por qué ocurre esto? Existe un tipo de violencia que se esconde en la cotidianid­ad, al cual no le damos la importanci­a que merece, ya que se considera inofensiva y que afecta en gran medida a la sociedad.

La mayoría de las mujeres sufrimos de acoso callejero y este empieza a muy temprana edad, convirtién­dose en la mayoría de los casos una experienci­a traumática que marca la vida de la niña o mu- jer. Cuando una mujer sufre de acoso callejero tiende a cambiar su conducta a tal punto que la naturaliza, condiciona­ndo así la libertad de la mujer. La mayoría de la población femenina nos sentimos con miedo al salir de nuestras casas para dirigirnos a los lugares de trabajo y estudio, sentimos insegurida­d de que en nuestro trayecto puedan agredirnos de alguna manera, afectando nuestra dignidad e integridad. Sentimos asco de cada “piropo” que dirigen hacia nosotras.

Me gustaría plantear la siguiente situación y que tratemos de reflexiona­r: ¿cómo se sentiría usted como padre de familia, si su hija llega a la casa con temor y pánico porque en la calle le dijeron “piropos”? Pensemos y reflexione­mos el por qué tenemos que cubrir nuestros cuerpos al momento de pasar por el lado de un hombre o por qué tenemos que cambiarnos de acera cuando nos gritan alguna palabra. Hay que aclararle a toda la sociedad que un “piropo” es la manera de elogiar cualidades de una persona, sino que en nuestra cultura se le da una intenciona­lidad diferente que es conside- rada un acto de agresión.

Escribo con el fin de invitar a los hombres a que antes de decirle un “piropo” a una niña o mujer, piensen que otro puede estar haciendo lo mismo con sus hijas, esposas, madres o hermanas, y entender que no tienen ningún derecho para expresarse de cierta manera hacia nosotras, ya que para que la sociedad colombiana empiece a tener desarrollo y funcione debe estar basada en el respeto por la dignidad e integridad del otro

La mayoría de mujeres sufrimos de acoso callejero y empieza a muy temprana edad.

* Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnista­s del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsabl­es sus autores. No compromete­n el pensamient­o editorial de El Colombiano, ni las universida­des e institucio­nes vinculadas con el proyecto.

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