LA VERDAD DE UN PIROPO
Vas por la calle y escuchas el sonido como si llamarán a un perro, no pones atención y sigues caminando. Más adelante, escuchas un “piropo” de muy mal gusto de un grupo de hombres adultos, así que aceleras tu paso y empiezas a cubrir tu cuerpo, sintiendo asco e inseguridad. ¿Pero, por qué ocurre esto? Existe un tipo de violencia que se esconde en la cotidianidad, al cual no le damos la importancia que merece, ya que se considera inofensiva y que afecta en gran medida a la sociedad.
La mayoría de las mujeres sufrimos de acoso callejero y este empieza a muy temprana edad, convirtiéndose en la mayoría de los casos una experiencia traumática que marca la vida de la niña o mu- jer. Cuando una mujer sufre de acoso callejero tiende a cambiar su conducta a tal punto que la naturaliza, condicionando así la libertad de la mujer. La mayoría de la población femenina nos sentimos con miedo al salir de nuestras casas para dirigirnos a los lugares de trabajo y estudio, sentimos inseguridad de que en nuestro trayecto puedan agredirnos de alguna manera, afectando nuestra dignidad e integridad. Sentimos asco de cada “piropo” que dirigen hacia nosotras.
Me gustaría plantear la siguiente situación y que tratemos de reflexionar: ¿cómo se sentiría usted como padre de familia, si su hija llega a la casa con temor y pánico porque en la calle le dijeron “piropos”? Pensemos y reflexionemos el por qué tenemos que cubrir nuestros cuerpos al momento de pasar por el lado de un hombre o por qué tenemos que cambiarnos de acera cuando nos gritan alguna palabra. Hay que aclararle a toda la sociedad que un “piropo” es la manera de elogiar cualidades de una persona, sino que en nuestra cultura se le da una intencionalidad diferente que es conside- rada un acto de agresión.
Escribo con el fin de invitar a los hombres a que antes de decirle un “piropo” a una niña o mujer, piensen que otro puede estar haciendo lo mismo con sus hijas, esposas, madres o hermanas, y entender que no tienen ningún derecho para expresarse de cierta manera hacia nosotras, ya que para que la sociedad colombiana empiece a tener desarrollo y funcione debe estar basada en el respeto por la dignidad e integridad del otro
La mayoría de mujeres sufrimos de acoso callejero y empieza a muy temprana edad.
* Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.