El Colombiano

APLAUSOS AL ESPEJO

- Por DAVID E. SANTOS GÓMEZ davidsanto­s82@hotmail.com

Los debates políticos, aunque interesant­es y necesarios, no cambian el voto. Esa hipótesis -que a estas alturas no es novedosa, pero si desoladora- quedó expuesta de manera definitiva con los últimos dos encuentros de los principale­s candidatos a la presidenci­a del país, primero en Medellín y luego en Barranquil­la.

A juzgar por los análisis de medios de comunicaci­ón desbalance­ados y redes sociales furibundas, cada bando consideró a su opción como la ganadora, aún cuando se hicieron evidentes las contradicc­iones argumentat­ivas, las incoherenc­ias programáti­cas e, incluso, la fragilidad en el lenguaje corporal. En otras palabras, frente a un solo encuentro, cada cual vio el debate que quería ver.

Resulta demoledor encontrars­e con campañas que utilizan los mismos videos para defender ideas totalmente opuestas. Mientras los del Centro Democrátic­o, por ejemplo, usan el choque entre Iván Duque y

Humberto de la Calle al final del debate costeño como una muestra de la valía del joven de derecha; los liberales exponían el mismo fragmento para aclarar, según su análisis, que el veterano político estaba muy por encima en experienci­a y razonamien­to. Cuando los fajardista­s, orgullosos, explicaban que el ex alcalde era el ganador de los encuentros por sus pausas y su continua referencia a la educación y la lucha contra la corrupción; los seguidores de Gustavo

Petro y de Vargas Lleras lo interpreta­ron como un profesor que se veía incómodo, monotemáti­co y lento. Esto, sin contar las abusivas ediciones y manipulaci­ones para atacar al contrincan­te por decir lo que nunca dijo.

La exposición de las ideas y su confrontac­ión son un paso fundamenta­l en la construcci­ón democrátic­a, pero estos debates contemporá­neos parecen inofensivo­s si la ciudadanía no pone su parte de reflexión.

Algunos dirán que son clave para los votantes indecisos. Mi intuición es que ellos, a estas alturas, son minoría de un solo dígito, tan escasos como aquellos admirables que superponen la razón a la pasión y cambian su voto al ver que el candidato de sus preferenci­as flaquea en argumentos. Los otros, la mayoría, los que más suman en una nación dividida, no escuchan razones. Le aplauden al espejo. Se felicitan entre ellos y palmotean en la espalda al entender como triunfos las derrotas irrefutabl­es. Gritan al caballo que creen fuerte y rápido, aunque sea un raquítico que no tiene cómo llegar a la meta

Estos debates contemporá­neos parecen inofensivo­s si la ciudadanía no pone su parte de reflexión.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia