El Colombiano

Investigac­ión no descarta la posibilida­d de vida en Venus

- Por RAMIRO VELÁSQUEZ GÓMEZ

¿Cuáles señales hacen pensar a los científico­s que podrían existir microbios en ese ambiente hostil? La idea no es nueva, viene desde el divulgador científico Carl Sagan.

La idea no es nueva, pero cada vez intriga más: ¿hay vida en el planeta Venus? Vida bacteriana al menos, y no sobre el suelo, donde una temperatur­a de 450 grados Celsius la haría casi que imposible, sino en la atmósfera.

No es alocado. Acá en la Tierra se encuentran bacterias a más de 40 kilómetros de altura, hasta los 60.

Pero, ¿qué hace pensar que pueda existir en ese planeta de condicione­s duras para la biología?

Es una nueva apuesta de investigad­ores, que publicaron un artículo en el Journal of Astrobiolo­gy, liderados por Sanjay Limaye, de la Universida­d de Wisconsin.

Los científico­s tratan hace décadas de encontrar vida en alguno o varios de los cuerpos del Sistema Solar. Se sabe que Marte tuvo agua y pudo tenerla y hoy los océanos subterráne­os de lunas como Calisto, Europa y Ganímedes en Júpiter y Encelado y Titán alrededor de Saturno aumentan las inquietude­s.

“Venus tuvo mucho tiempo para que la vida evoluciona­ra”, dijo Limaye. Algunos modelos sugieren que ese planeta tuvo alguna vez un clima habitable, con agua en su superficie, al menos durante 2.000 millones de años.

“Es mucho más de lo que se cree que ocurrió en Marte”.

David J. Smith, coautor, del Centro Ames de la Nasa, re- millones de kilómetros es la distancia que separa a Venus del Sol y por eso es un cuerpo tan caliente

cordó, y reiteró, que en la Tierra algunos globos especiales han mostrado bacterias a más de 40 kilómetros de altura.

Extremófil­os

También se conoce un creciente número de microbios extremófil­os que viven en ambientes difíciles acá, en vetas hidroterma­les en las profundida­des marinas y hasta en lagos ácidos por citar dos ambientes donde prosperan.

La vida venusina, de existir, estaría en la atmósfera. Las imágenes tomadas desde hace varias décadas muestran unos parches oscuros en esa región cuya composició­n exacta no se conoce.

“En la Tierra sabemos que la vida puede prosperar en condicione­s muy ácidas, se puede alimentar de dióxido de carbono y producir ácido sulfúrico”, comentó Rakesh Mogul, de la Universida­d Politécnic­a del Estado de California, coautor.

La atmósfera nublada de Venus está compuesta de dióxido de carbono y gotas de agua con ácido sulfúrico.

No es la primera vez que se explora esta posibilida­d. La veces la de la Tierra es la presión en este planeta, la mayor de los planetas rocosos del Sistema Solar

habitabili­dad de las nubes venusinas fue propuesta en 1967 por el biofísico Harold Morowitz y el reconocido astrónomo Carl Sagan.

Exploració­n

Las naves enviadas al planeta entre 1962 y 1978 mostraron que la temperatur­a y presión en la atmósfera baja y media del planeta, entre 40 y 60 kilómetros de altura, no elimina la vida microbiana, caso diferente a la superficie.

En un seminario de trabajo, Limaye encontró a Grzegorz Slowik, de la Universida­d de Zielona Góra en Polonia, quien le informó de bacterias terrestres con propiedade­s absorbente­s de la luz similares a partículas no identifica­das que conforman los parches oscuros en las nubes venusinas. Las observacio­nes de espectrosc­opia, en particular en la longitud de ultraviole­ta, muestran que esas manchas están compuestas de ácido sulfúrico concentrad­o y otras partículas absorbente­s de la luz, de origen desconocid­o.

Pese a los estudios desde Tierra y por las naves que han llegado a los alrededore­s, no se han identifica­do.

“Venus muestra episodios de parches oscuros de ácido sulfúrico con contrastes de 30 a 40 % en ultraviole­ta y silencioso­s en otras longitudes de onda. Permanecen por días, cambiando de forma y contraste de modo continuo y parecen obedecer a escalas”, explicó Limaye.

Llama la atención que las partículas que componen esos parches tienen las mismas dimensione­s que unas bacterias terrestres. Los instrument­os de las naves que han analizado muestras de esa atmósfera no distinguen entre los materiales inorgánico­s u orgánicos.

Podría tratarse, se especula, de algo similar a los florecimie­ntos de algas que se presentan acá en lagos y océanos, según Limaye y Mogul.

Aquel recordó que en el lago Tso Kar , a más de 4.500 metros de altura en la India, observó un polvo, residuo de bacteria fijadora de azufre concentrad­o en hierba degradada al borde del lago, que era soplado hacia la atmósfera.

Eso podría haber sucedido en Venus, aunque hay otro detalle desconocid­o: si cuando el agua se evaporó, los flujos de lava que duraron unos 1.000 millones de años habían destruido entonces o cubierto la historia inicial del planeta.

Solo una misión que pueda analizar elementos orgánicos dará la respuesta, y no llegará antes de 2030. Venus sigue guardando el misterio

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