EL GÉNERO NO RESTA
La lucha por la igualdad entre mujeres y hombres ha sido tan larga que ya se cree que lo hemos logrado todo, como si diariamente no ocurrieran casos en los que solo por el hecho de ser mujer somos menospreciadas.
Hablar de lo que es estructuralmente correcto para la mujer es muy fácil y está tan arraigado a nuestra sociedad que se ha normalizado a tal punto que ni las mujeres son capaces de apoyar o mínimamente de reconocer que hay cosas que se deben cambiar. La desigualdad se tiene que ver más allá, entendiendo las condiciones sociales que nos permean y como acabarlo sería provechoso.
En la crianza se empiezan a dar todas las indicaciones para movernos en el mundo, desarrollarnos y ver todo su funcionamiento. La educación en el hogar es la base para romper con las limitaciones, desigualdad y todos los estereotipos de género; de lo contrario empiezan las repercusiones en el estudio, trabajo, familia y de nuestro comportamiento en la sociedad.
Se necesita urgentemente que se deje de descalificar a las mujeres, de reducir su labor a lo doméstico, de justificar las acciones negativas que se toman contra ellas, de decidir por ellas lo que pueden hacer o lo que les puede gustar y de aceptar como natural todo lo que nos han dicho que es para la mujer; el género no es un impedimento para nada.
La igualdad no es pérdida para los hombres, ni mucho menos solo beneficios para las mujeres. Por el contrario, sería una victoria para todos y trae muchos beneficios sociales y económicos, porque genera mejores trabajadores que luchen justamente por un trabajo y su reconocimiento. Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la educación de las mujeres contribuye a un mayor crecimiento económico. Además sé que todos los hombres esperan que sus hijas, esposas, amigas y fa- miliares tengan las mismas condiciones que ellos.
Sin embargo, hay que reconocer que luchar por la igualdad es muy difícil con mujeres que no reconocen el trabajo de otras, que critican hasta la forma en que se visten, que buscan una igualdad conveniente porque creen que merecen más que otras personas y se aprovechan de la ‘’debilidad de género’’ hasta para pedir un puesto en el metro. La igualdad es un trato idéntico sin buscar privilegios y sin camisas de fuerza para ambos géneros
* Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.
Hay que reconocer que luchar por la igualdad es muy difícil con mujeres que no reconocen el trabajo de otras que critican hasta el vestir.