Un bazar para compartir alrededor de la música
El trabajo colaborativo y la autogestión han sido fundamentales para la realización de este evento.
No es un mercado cultural ni una rueda de negocios, ni una feria. Es un bazar en el que participan artistas, festivales y colectivos independientes del sector de la música del país.
Comparado con otros eventos similares de la ciudad, como Altavoz, La Solar o el Breakfest, el Bazar de la Música es un espécimen de pequeño formato: en promedio, se presentan una decena de artistas del país, asisten aproximadamente 900 personas y se realiza durante un día.
Pero este año la cara es otra. En tres días de programación, en esta séptima edición, se presentarán once bandas colombianas, un mercado de trueque y jornadas de intercambio de profesionales de la música independiente.
Este año se inscribieron 125 agrupaciones procedentes de Venezuela, Ecuador y diferentes lugares de Colombia. Finalmente, se presentarán 11 bandas locales y nacionales.
Precisamente lo local ha sido uno de los focos de este evento. “El Bazar nació porque el grueso de las bandas de la ciudad no alcanzan a estar en las grandes plataformas”, comenta Santiago Arango, director de HagalaU, plataforma que ha organizado este evento durante siete años.
Música independiente
Este encuentro es una oportunidad para bandas relativamente jóvenes de la ciudad como Kala Badband.
Esta agrupación participó este año en el Selina Sims - Medellín, un mercado internacional de la industria de la música; se presentó en el Festival Queer Me, y tocó con Santiago Tavella, bajista de El Cuarteto del Nos. De algún modo, se ha logrado mover en pequeños circuitos y escenarios.
Su vocalista, Karen Martínez Aguirre, comenta que el Bazar, a pesar de ser completamente autogestionado, “indispensable para la escena independiente musical”, fue vital para impulsarlos.
Por su parte, Santiago Arango añade que esas bandas, festivales y colectivos que están por fuera de este circuito pueden tener encuentro en el Bazar. Por ejemplo, dice, Los Petit Fellas no pueden competir con otra como Los Suziox, ya que de algún modo están por fuera del “establecimiento de la música”.
Más bien, su principal propósito es el encuentro. “La gente de los Festivales Zona 2, Zona 4 o Comuna 10, no se conocen con los de Viboral Rock o Rock al Río (Ríonegro). El Bazar ofrece ese punto de diálogo”, finaliza Arango.