Santos debe dar cara por muerte de periodistas
Ayer a la 12:30 del medio día, el presidente del Ecuador, Lenín Moreno, confirmó la muerte de los tres trabajadores de El Comercio, secuestrados el 26 de marzo. Moreno también dijo que se iba a levantar la reserva sobre toda la información relacionada con este crimen. Cuando se escribe esta columna, ni Juan Manuel Santos ni su Ministro de Defensa han dado declaración alguna. ¿Será que piensan mantener sus errores en secreto? Durante la rueda de prensa, Moreno dijo que se adelantarían gestiones para la repatriación de los cuerpos de las víctimas. Esto da a entender que estas personas murieron en Colombia y se contradice con lo dicho por el gobierno colombiano durante todo el tiempo que duró el secuestro y mientras se daba la noticia del desenlace fatal. Las autoridades y los mandatarios de ambos países se dedicaron a dar declaraciones contradictorias como si no estuviera en riesgo la vida de tres personas, ni el sufrimiento de sus familias, ni el derecho de la sociedad a estar informados. La FLIP presentará un derecho de petición al Ministerio de Defensa para que entregue la información relacionada con los hechos. Su respuesta servirá para que la sociedad contraste con lo que publiquen las autoridades ecuatorianas. Cualquier dilación incrementaría las sospechas de que el actuar de los gobiernos de Moreno y Santos fue irresponsable. Sería inaceptable que, como con otras violaciones de derechos humanos, el gobierno colombiano se dedique a escudarse en reservas bajo una supuesta defensa de la seguridad nacional. Las familias y la sociedad tenemos el derecho a saber con certeza qué fue lo que pasó y qué hicieron nuestros mandatarios para evitarlo. Si es cierto que los trabajadores de El Comercio murieron en Colombia, la indiferencia con la que se comportó el gobierno de Santos sería aún más grave. Es hora de dar la cara.