Gobiernos de América atacan la Corrupción
No obstante las críticas y cuestionamientos a las cumbres que se realizan en la región, la de “Las Américas” es quizá la única que facilita la convergencia de todos los sectores de la sociedad. Algo no menor, puesto que es la oportunidad para que esos diversos actores logren que sus voces sean escuchadas por líderes y tomadores de decisiones en el continente. Precisamente, otro tema valioso del ejercicio es la convergencia de los gobiernos del Norte, Centro y Sur de América. Ninguna otra instancia diplomática cuenta con esa característica. Ahora bien, en materia de resultados, como es norma, resultan ser dóciles y sin grandes efectos los mandatos que allí se producen. Además, porque al igual que sucede con la gran mayoría de las organizaciones internacionales, la Cumbre de las Américas es una instancia de la que emanan recomendaciones que no tienen ningún carácter vinculante para los Estados. Entre otras cosas, porque no hay manera de hacer que el Derecho Internacional obligue el cumplimiento de esos compromisos. A pesar de ello, esta Cumbre, por iniciativa y liderazgo de un país que ha sido víctima directa de la corrupción (como todos en la región), ha logrado que se apruebe a través de su reto de la Gobernabilidad Democrática y por aclamación “El Compromiso de Lima”. Este se entiende como una estrategia que procura ir directamente contra ese flagelo y atacarlo de raíz en todos los países del continente; incluyendo la Venezuela de Maduro, a pesar de no estar hoy formando parte del Sistema Interamericano, como tradicionalmente lo hizo. Ese, además, fue otro de los temas recurrentes en la agenda de la Cumbre, en sus actividades y en todos los pasillos del Centro de Convenciones de Lima. Venezuela, su régimen y su corrupción. Habrá que esperar si efectivamente tendrá efectos positivos.