LA RESILIENCIA EMOCIONAL…UNA VIRTUD FUNDAMENTAL
La capacidad de sobreponerse a las adversidades de la vida y construir sobre ellas es lo que se ha llamado “resiliencia emocional”, una virtud fundamental para que los niños se superen y salgan enriquecidos por las experiencias difíciles que les toca vivir a muchos hoy día. La lista de adversidades a las que están expuestos la mayoría de los hijos se amplía cada día más. Hoy ellos saben que pueden ser secuestrados, violados o atracados, ser abandonados por sus padres, morir asesinado por un compañero o ver a su familia arruinada, por mencionar sólo algunas de las posibilidades que, a todas horas les muestra la televisión o la Internet. El hecho de estar constantemente informados sobre la posibilidad de que sufran estas desgracias es suficiente para llenarlos de angustia y lastimarlos emocionalmente.
Sin embargo, hoy la vulnerabilidad de los niños a las calamidades se puede neutralizar con conductas que promuevan en ellos un espíritu “resiliente”. La condición más favorable para desarrollar la resiliencia en los hijos no es procurarles una vida sin contrariedades, sino una con desafíos que les permitan tener la flexibilidad para acoplarse a los cambios y desarrollar las condiciones que los harán adaptarse a los desafíos. Como padres, tenemos que aprovechar los desafíos en beneficio de ellos, de manera que las dificultades que atraviesan la mayoría de los países se conviertan en una oportunidad para aprender a combatir las crisis.
La mejor forma de promover la resiliencia necesaria para que los hijos superen las vicisitudes es que desarrollen las capacidades que les enriquecen su fortaleza interior, entre ellas: optimismo, persistencia, flexibilidad, creatividad, sentido del humor, seguridad en sí mismos, gratitud y un gran sentido de vida.
Por último, estaremos ayudando a fortalecer la resiliencia en los hijos si asumimos una actitud que les haga comprender que las calamidades tienen un lado positivo porque son las que nos enriquecen como seres humanos. Como se ha dicho “las dificultades y el sufrimiento son muchas veces los únicos guías que nos conducen al encuentro con lo más profundo de nosotros mismos, librándonos del peligro de derrochar los años para morir sin haber vivido”