El Colombiano

Alejo, reflejo de buenos espejos

Para ser un buen tenista no basta con derrotar a los mayores. Apenas es una fracción.

- Por JUAN FELIPE ZULETA VALENCIA JUAN ANTONIO SÁNCHEZ

Alos ocho años Alejandro Arcila empezó a jugar contra niños de 12 de edad. Un año después ya se medía con tenistas de 14.

En todas las notas periodísti­cas que le han hecho desde entonces destacan el hecho de que el menudo muchacho, que está próximo a cumplir los 11 años, compita y derrote a rivales que son hasta cinco años mayores.

Él, sin embargo, lo asume con naturalida­d, libre de toda presunción o timidez. Sabe que el desempeño que sorprende en su entorno es consecuenc­ia de la convicción con la que toma decisiones, asume compromiso­s y acepta renuncias desde los seis años.

“El sueño de Alejo de ser tenista profesiona­l nos ha llevado a perderle el miedo a hacer cosas distintas”, confiesa María Paulina, su mamá.

“Claro, yo a veces me pregunto si sí estamos haciendo lo correcto. Pero cuando lo veo contento y creciendo en su deporte nos afirmamos en nuestra decisión”, asegura.

María Paulina hace referencia al proceso académico que emprendier­on para que Alejandro continuara sus estudios en un colegio virtual, y de esta forma, lograra desarrolla­r su proyecto deportivo con el tiempo y la exigencia que requiere.

La única duda hasta ahora en dicho proceso ha sido el tema de la socializac­ión, espacio que propicia el colegio tradiciona­l para que los niños tejan vínculos de amistad.

“Ese tema me genera muchas reservas, pero sabemos, y él lo sabe, que su sueño implica desprender­se de ciertas cosas. Pero es consciente de eso”, dice Paulina.

Ayer, Alejandro viajó Barranquil­la, donde disputará un torneo nacional Grado 2 en el cual enfrentará a tenistas de 14 años. Es precisamen­te en esos escenarios donde ha encontrado las amistades que su faceta educativa no le permite.

“Los torneos y los viajes me han ayudado a conseguir buenos amigos en muchas partes. Pero también a comprender que lo que quiero lograr me obliga a un ritmo de vida diferente a los niños de mi edad”, dice Alejandro.

El joven deportista explica que mientras viajar es una experienci­a de pura diversión

para los pequeños de su misma edad, para él implica siempre una prueba de disciplina, como un examen que lo confronta constantem­ente para saber si esta sí es la vida que quiere seguir.

No solo se confronta a sí mismo en esas rutinas sino también a través de los referentes en su deporte.

“Mi mamá siempre me dice que uno tiene que tener espejos buenos y malos. Entonces me fijo mucho en la vida que llevan los grandes tenistas y trato de imitar lo positivo y estar consciente de lo malo. Y mis papás me ayudan a hacer ese ejercicio”, detalla Alejo.

Con esta práctica, Alejo ha

nutrido su comportami­ento en los torneos, la actitud frente a sus rivales y su crecimient­o individual y como deportista. Son estos los logros de mayor orgullo para sus papás, más allá de las medallas.

“Pasa mucho que por la frustració­n por un mal partido o algo que no salió bien los deportista­s se vuelven groseros con un juez, el entrenador o los mismos papás. Si uno no corta eso se le vuelve costumbre. Y así no debe ser. Por eso uno debe ser consciente de esas actitudes”, dice.

Del circuito cita a Roger Federer como un referente de lo que debe ser un atleta de alto rendimient­o.

“Todo niño que sueñe con ser profesiona­l en cualquier deporte debería reflejarse en la vida de Federer”, asegura.

Por el contrario, reseña al díscolo australian­o Nick Kirgios como un ejemplo de cómo no asumir una carrera deportiva.

“Juega muchísimo tenis. Pero es irrespetuo­so y desordenad­o. Para qué tanto talento si uno lo desperdici­a de esa manera”, cuestiona.

Pero Alejo tiene claro que sus dos mayores espejos los tiene en casa: su papá, Juan Carlos, el hombre a quien tilda de “confiable” y con quien puede compartir cada cosa que le ocurre. Y su mamá, la mujer a la que tenista tanto agradece por “empelicula­rse con su cuento” y a quien debe enorme gratitud por los esfuerzos que ha hecho para estar ahí a su lado, siempre.

“Yo sé que ellos van a estar conmigo en esto del tenis hasta las últimas consecuenc­ias o hasta que yo diga que no me siento feliz haciéndolo”, declara Alejandro.

Si en unos años llega a disputar un toeneo de Grand Slam, el antioqueño tiene claro que no puede olvidar dos cosas: a quién se debe y qué actitud seguir

“Todo niño que sueñe con ser profesiona­l en cualquier deporte debería reflejarse en la vida de Roger Federer”. ALEJANDRO ARCILA Tenista antioqueño

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FOTO Alejandro ha ganado varios torneos nacionales en la categoría sub-12 y ha logrado medallas en sub-14.

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