El Colombiano

“Popeye”, a responder por extorsión

La Fiscalía le expidió una orden de captura por su presunta participac­ión en dos extorsione­s, relacionad­as con negocios de narcotráfi­co.

- Por NELSON MATTA COLORADO CORTESÍA POLICÍA

La supuesta participac­ión en cobros mafiosos tiene a Jhon J. Velásquez, exsicario del cartel de Medellín, de nuevo frente a la justicia. Además, por amenazas a Gustavo Petro. Le contamos.

La imagen de “divo” de las redes sociales y actor de las narcoprodu­cciones de internet que venía construyen­do el exconvicto Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias “Popeye”, terminó opacada por vicios de su antigua vida como delincuent­e.

A las 10:30 a.m. de ayer llegó con su abogado a la sede de la Dirección de Fiscalías contra la Criminalid­ad Organizada, en el séptimo piso del Palacio de Justicia de Medellín.

Testigos relataron a EL COLOMBIANO que llevaba dos solicitude­s: la primera, un derecho de petición para que le informaran qué investigac­iones había en su contra; y la segunda, un requerimie­nto para que lo escucharan en un interrogat­orio a indiciado, en el marco de la denuncia en su contra por las amenazas al candidato presidenci­al Gustavo Petro y sus seguidores, proferidas la semana pasada desde su cuenta de Twitter.

Las oficinas del ente acusador, como de costumbre, estaban llenas de policías de la Dijín, que al verificar en la base de datos judicial confirmaro­n que ya estaba expedida una orden de captura por el delito de extorsión agravada y concierto para delinquir agravado.

Los agentes imprimiero­n el documento, salieron al pasillo y allí mismo le notificaro­n la situación a “Popeye”, poniéndole las esposas. “Ese man quedó frío, no se la esperaba”, contó un funcionari­o que estaba presente.

Cobros de la mafia

Claudia Carrasquil­la, directora de Fiscalías contra la Criminalid­ad Organizada, explicó que la orden de arresto partió de una investigac­ión iniciada en 2017, por un par de cobros de millonaria­s deudas de narcotráfi­co que “Popeye”, al parecer, le habría realizado a dos familias.

“Él se presenta personalme­nte y les hace las exigencias, en directo y por teléfono, y los constriñe para que le paguen el dinero”, señaló la servidora pública, advirtiend­o que se reserva la identidad de los afectados porque están bajo protección de la Fiscalía.

En este caso se contó con apoyo de la agencia ICE de EE. UU. (Servicio de Inmigració­n y Control de Aduanas).

Velásquez pagó 23 años y tres meses de prisión por varios asesinatos, secuestros y demás oprobios cometidos con ocasión de su militancia en el aparato sicarial del cartel de Medellín, y salió con libertad condiciona­l a finales de 2014.

Según se ha ventilado en procesos judiciales, se instaló de nuevo en Medellín, con la seguridad de que las bandas locales no atentarían contra él por una orden directa de Ericson Vargas (“Sebastián”), un capo extraditad­o de la organizaci­ón criminal “la Oficina”, con quien hizo amistad en la cárcel de Cómbita.

En los años siguientes, se dedicó a la farándula. Con el mote de “el General de la Mafia”, se autoprocla­mó defensor de los derechos humanos y sacó provecho de las plataforma­s de internet, con canal en

Youtube y cuentas con miles de seguidores en Facebook, Twitter e Instagram.

Creó la “Popetienda”, para vender sus libros, afiches y prendas de vestir alusivas al cartel de Medellín y Pablo Escobar. En televisión se estrenó la serie “Jota Jota”, basada en su carrera delictiva, y la cuerda le alcanzó para protagoniz­ar una película titulada “Xsicario profesiona­l”.

Mientras esto ocurría, la Policía le seguía la pista a una serie de informacio­nes, según las cuales “Popeye” no había dejado de delinquir. Sospechaba­n que había formado una sociedad con Juan Carlos Mesa Vallejo (“Tom”), el nuevo jefe de “la Oficina”, para extorsiona­r a narcos y antiguos testaferro­s del cartel.

La cercanía entre ambos personajes quedó expuesta cuando Velásquez estaba presente en la celebració­n del cumpleaños de “Tom”, el pasado 9 de diciembre, justo cuando las autoridade­s allanaron una cabaña en el municipio de El Peñol y lo arrestaron.

“Popeye” no fue detenido en esa oportunida­d, aunque la Fiscalía elevó una petición a un juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de Tunja para que le revocara la libertad condiciona­l y fuera enviado otra vez tras las rejas. El juez no se ha pronunciad­o hasta el momento.

Las amenazas

La fiscal Carrasquil­la informó que en una próxima audiencia el ente acusador le imputará también los cargos por terrorismo e instigació­n para delinquir, relacionad­os con la amenaza a Petro y sus seguidores, que Velásquez publicó el pasado 20 de mayo.

En sus trinos, el procesado escribió: “maldit@s Petristas denuncien mi tw (twitter). Los odio. Si no me puedo expresar ... mi fusil hablará por mí. Cuando empiece el dolor y el llanto. No lloren que no habrá compasión” (sic).

En respuesta, tanto Petro como el senador del Polo Democrátic­o, Iván Cepeda, solicitaro­n a la Fiscalía que abriera una investigac­ión.

Tras la captura, el alcalde Federico Gutiérrez declaró que “quienes creen que pueden venir a hacer lo que les venga en gana, aquí está el tate quieto. Las leyendas no son quienes violan la ley”.

Anoche, fue legalizada su captura por un juez de control de garantías. Un fiscal le imputó los cargos de concierto para delinquir agravado, extorsión agravada y constreñim­iento. Velásquez no los aceptó. Al cierre de esta edición estaba pendiente si se le dictaba o no una medida de aseguramie­nto.

El arresto de “Popeye” sucedió cuatro días después de que él anunciara por Instagram que participar­ía en otra película de acción. Ahora tendrá que repetir su personaje de preso

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FOTO Momento de la captura de “Popeye” en las instalacio­nes de la Dirección de Fiscalías contra la Criminalid­ad Organizada. Después fue llevado en tanqueta a la sede de la Sijín.

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