BUILES, DEFENSOR DE LA IGLESIA
Durante el gobierno del doctor Guillermo León Valencia, segundo presidente del Frente Nacional, en un acuerdo con los cabecillas de la violencia política, se nombraron algunos bandidos arrepentidos en cargos oficiales, sin cumplir los más mínimos requisitos de preparación para sus cargos.
Recuerdo que a “Arracacho”, famoso bandolero liberal del Occidente, lo nombraron alcalde de San Jerónimo, pero el cargo no lo mejoró. Lo conocí como un campesino ignorante y arrepentido.
Una vez lo citaron de la Secretaría de Gobierno a una reunión en el Palacio de Calibío y Arracacho respondió en un telegrama: “Señor secretario, no puedo asistir reunión porque tengo el carriel rompido”.
Con el anuncio del proceso de canonización de monseñor Miguel Ángel Builes que adelanta la Santa Sede y que el Papa Francisco acaba de avanzar con un decreto declarándolo Venerable, en el cual se le reconocen a Builes “sus virtudes heroicas”, un paso más para su beatificación, se alborotaron algunos liberales, como el escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal, quien dice que eso sería una “provocación innecesaria de la Iglesia”. Y sigue: “Pretender canonizar a Builes es una afrenta del Papa contra Colombia”.
No creo que el detractor del Partido Conservador en “Cóndores no entierran todos los días”, tenga la vocería de Colombia para reclamarle al Papa, el reconocimiento a un santo colombiano, como es Miguel Ángel Builes.
Nací en Sopetrán, diócesis de Santa Rosa de Osos en ese tiempo. Las prohibiciones de montar a caballo en pantalones largos para las mujeres y de leer El Tiempo, eran asuntos circunstanciales de la época. Las señoras montaban de faldas largas, en galápagos femeninos de lado y se veían lindas. El Tiempo lo leían los liberales al otro lado del Cauca, otra diócesis.
Los liberales de hoy en Colombia no tienen nada que ver con el liberalismo ateo del siglo pasado. La mortandad de católicos, incluyendo más de 9.000 clérigos, entre sacerdotes y religiosos en la guerra civil en España, que mataron los rojos comunistas republicanos, nos dan una idea de lo que fue aquello. Los mártires colombianos beatificados por San Juan Pablo II, Hermanos de San Juan de Dios, asesinados por los rojos españoles, entre ellos el beato
Rubén López Aguilar, de La Concha. El caso del padre Pe
dro María Ramírez, párroco de Armero Tolima, torturado y asesinado el nueve de abril por la horda liberal. La muerte de monseñor Jesús Emilio
Jaramillo, un poco después, asesinado por la guerrilla comunista, ambos beatificados por el santo padre Francisco en su venida a Colombia. Ese era el fanatismo criminal liberal que atacaba Builes.
Tanto monseñor Builes, como San Ezequiel Moreno, santo obispo de Pasto, quien pidió que sobre su tumba se pusiera “Ser liberal es pecado”, no se referían al liberalismo de Carlos Lleras Restrepo, Bernardo Alejandro Guerra, o el de la Loca de Tuluá. Pudo ser más bien la de Tomás Ci
priano de Mosquera que expropió a los jesuitas y le quitó a la Iglesia sus bienes, o la de los rojos asesinos españoles. Yo estoy feliz con la próxima canonización de monseñor Miguel Ángel Builes. Otro santo colombiano y misionero. Gustavo, “Vade retro, Satana”.
Ñapa: Damos gracias a Dios por salvar a Hidroituango y por el éxito que vamos a tener mañana en Colombia votando por Iván Du
que y Marta Lucía. Los invito a ver Teleantioquia el lunes 28 a las 10: 30 p. m.