Palestinos padecen un enigmático conflicto que cumple 70 años.
Mientras la ciudadanía es asesinada por disparos israelíes, el mundo no resuelve su situación.
La postal se ha repetido en los últimos meses. Grupos de palestinos se aglomeran para protestar en las inmediaciones del muro que separa a Gaza de Israel. Gritan consignas conmemorativas de los 70 años de la ocupación, o clamando por el fin del bloqueo comercial y social sobre dicho territorio del que Israel salió hace 13 años (2005).
Duran algunos minutos y ponen música árabe, o profieren discursos por megáfonos. Algunos osados enarbolan la bandera palestina y se aventuran lo más cerca del muro que pueden. Los soldados israelíes miran atrincherados no muy lejos. De pronto ascienden los drones del Estado judío lanzando gases lacrimógenos al lado palestino, se forma un caos de todas las personas que intentan evitar la irritación que les produce, hay incluso niños, familias, corriendo. De pronto también suenan disparos: hay heridos o incluso muertos que son llevados en camilla a los precarios hospitales cercanos.
En esa situación que se presentan actualmente en la Franja de Gaza, ya el balance es de 115 asesinados desde que las manifestaciones iniciaron a finales de marzo. Los ciudadanos heridos se cuentan por miles (más de 2.000), de los que 1.416, según el gobierno de Hamas en la Franja, son por quemaduras, impacto de balas de goma o intoxicación por gas lacrimógeno. La cifra de niños afectados es de 203.
¿Cuáles son los factores que no solo perpetúan la actual coyuntura, sino que en general impiden que la tragedia de los palestinos sea resuelta? EL COLOMBIANO consultó con expertos.
Falta de voluntad
La última vez que palestinos e israelíes estuvieron sentados en la mesa de diálogo fue el 29 de julio de 2013, cuando por presión del entonces secretario de Estado de EE. UU., John Kerry, ambas partes intentaron establecer mínimos para una verdadera negociación, fijando el 29 de abril de 2014 como la fecha límite para un pacto inicial. Como siempre ha ocurrido en este trágico conflicto, el intento fracasó.
“Entonces Israel decía que no podía dialogar con una contraparte que estaba dividida entre la hegemonía de dos partidos, Fatah en Cisjordania, y Hamas en la Franja de Gaza. Hoy en día, tras el acuerdo alcanzado entre las dos facciones palestinas en octubre de 2017, ahora dice que no negocia porque Hamas hace parte de las delegaciones. En realidad no quiere cambiar el status quo”, aseguró Luis Alexander Montero, asesor político de la Misión Diplomática del Estado de Palestina en Colombia.
Desde la perspectiva israelí, Marcos Peckel, director ejecutivo de la Confederación de Comunidades Judías de Colombia, aseguró con anterioridad que “la posición israelí sigue igual porque Hamas aún no cede el control del gobierno en la Franja a Fatah, y fundamentalmente porque todavía no reconoce a Israel. Todo se mantiene como un eufemismo, como una especie de tregua, sin que se dé el comunicado que todos esperan, que admita el derecho del pueblo judío a tener un Estado”.
¿Nuevas rebeldías?
Desde el 9 de diciembre de 2017, los palestinos recordaron los 30 años de la Primera Intifada ( 1987- 1993), el alzamiento espontáneo del pueblo palestino que, armados con palos y piedras, protestaron por la violencia bélica, esto puso contra las cuerdas a Israel ante la opinión mundial y lo forzó a poner en marcha una negociación que fue la que estuvo más cerca de conseguir la paz entre am- bos pueblos, pero que fracasó el 4 de noviembre de 1995 con el asesinato del líder israelí Yitzhak Rabin por parte de un ultraderechista judío.
Se empezó a hablar el año pasado de las posibilidades de iniciar, ante el estancamiento actual de la situación, la Tercera Intifada Palestina. Se retomó la agenda de calle, de piedras contra balas. Todo parecía igual, pero los politólogos anotaban grandes diferencias. El nuevo movimiento de protesta ya no parece depender de ningún partido y sus liderazgos son difusos.
Para Peckel, “es evidente que las actuales protestas tienen también un componente apolítico, que expresa malestar no solo contra Israel, sino contra la incapacidad del liderazgo palestino para solucionar su situación”.
¿Cómo ve la Autoridad Nacional Palestina dicha coyuntura? Montero respondió que “las tensiones que vive hoy la sociedad van más allá de lo que la población estaba acostumbrada, porque ya toda ella es tildada de terrorista por Israel y eso la ha llevado a la desesperación. No se está dando una Tercera Intifada pero tampoco está descartada. Para el gobierno de Mahmud Abbas el escenario óptimo es una sociedad activa, aunque este es consciente de que el contexto global es de estancamiento, con un EE. UU. parcializado a favor de los israelíes”, dijo.
¿Enfrentamiento total?
El enigma es, en este orden de ideas, si la región no está abocada, como plantean distintos analistas, a un enfrentamiento total y directo entre sus principales actores, máxime teniendo en cuenta los crecientes intercambios bélicos entre israelíes e iraníes, que apoyan facciones como Hamas. ¿Qué tan posible es tal escenario?
En opinión de Rafael Britto, politólogo y docente de la Universidad de Antioquia, “la tensión regional está escalando al punto en que Irán es visto como un enemigo en común por parte de Israel, Arabia Saudita y Estados Unidos”.
Eso se ve agravado por la incapacidad de una comunidad internacional “basada en el principio de la anarquía mundial, en el que el Consejo de Seguridad de la ONU se ve impedido para tomar decisiones por el poder de veto que tienen las potencias basadas en sus intereses”