NO CABE EL MAR EN UNA CONCHA DE CARACOL
Cuenta el filósofo y teólogo san Agustín ( 354- 430 d. C.) que al ver a un niño intentando vaciar toda el agua del mar en una concha de caracol, pudo comprender que la mente humana es incapaz de abarcar la infinitud del misterio de Dios.
El lenguaje bíblico - no para definir a Dios, porque el Infinito no cabe en una definición-, dice que “Dios es Amor”. Ahora bien, el amor supone alguien que ama, alguien que sea amado y le corresponda amando, y la relación misma de amor entre ambos. Este es el sentido del misterio: un solo Dios que es pluralidad en la perfecta comunidad de amor, y por lo mismo unidad en la diversidad de personas. Es así como Dios Pa- dre se revela en las enseñanzas y en la obra salvadora de su Hijo Jesucristo, su Palabra hecha carne por la acción del Espíritu Santo. Este mismo Espíritu nos mueve a reconocer el amor de Dios llamándolo “Abba” ( literalmente “Papá”) palabra empleada por el mismo Jesús para dirigirse a Dios como su Padre.
Muchas imágenes intentan expresar el misterio de Dios uno y trino: el sol, fuente de energía, luz y calor; el triángulo, tres ángulos y lados distintos, pero una sola figura geométrica; o la hoja de trébol empleada por san Patricio en Irlanda (387-461 d. C.). El teólogo Joseph Ratzin
ger, antes de ser el Papa Benedicto XVI (2005-2013), es- cribió en un su libro El Dios
de los Cristianos ( sección “Dios es trinitariamente uno”): “¿ Cuántas veces hemos hecho la señal de la cruz…? Pues bien, otras tantas hemos invocado al Dios trino y uno. Esa invocación es aceptación de las palabras con las que nos hicimos cristianos y apropiación de lo que, en el bautis- mo, se infundió en nuestra vida. En aquella ocasión se derramó agua sobre nosotros mientras eran pronunciadas las palabras: “Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28, 16-20).
Que esta fiesta de la Santísima Trinidad nos motive para renovar nuestra fe en el misterio insondable de Dios, que es Amor, y reactivar nuestro compromiso bautismal de realizar lo que significa proclamarlo como comunidad perfecta en la unidad y pluralidad de personas, siendo una auténtica comunidad de Amor
Que esta fiesta de la Santísima Trinidad nos motive para renovar nuestra fe en el misterio insondable de Dios, que es Amor.