El Colombiano

¿Qué pasa con la montaña?

EPM prevee nuevos derrumbes en la montaña, pero calcula que no serán de gran magnitud. Esto sigue.

- JUAN ANTONIO SÁNCHEZ

Fueron 21 horas -desde las 3:00 p.m. del martes hasta el mediodía de ayer- en las que las obras de Hidroituan­go estuvieron paralizada­s. Por tercera vez en tres días, los expertos detectaron movimiento­s en la montaña ubicada arriba del vertedero, y encendiero­n las alarmas.

EPM estaba alerta frente a un nuevo desprendim­iento de material, similar al ocurrido el pasado sábado, pero hasta anoche nada había ocurrido.

John Maya Salazar, vicepresid­ente ejecutivo de Gestión de Negocios de EPM, explicó que los expertos en geología fijaron un parámetro para hacer o no evacuacion­es: “Si hay un movimiento (de la tierra) de 10 milímetros o más por hora, la orden es evacuar. Eso pasó el martes a las 3: 00 p.m. pero a las dos horas cesó. Hasta el momento (miércoles en la tarde) la montaña ha estado quieta y eso nos permitió reanudar los trabajos en la presa y el vertedero”, dijo.

Según los reportes de los expertos contratado­s por EPM, en la montaña hay un agrietamie­nto, ubicado más arriba de la zona donde, el pasado sábado, hubo un derrumbe. Por ahora, dijo Maya, se cree que la nueva grieta es una prolongaci­ón de la anterior y por eso la empresa estima que los nuevos deslizamie­ntos serán leves.

Un daño en la piel

Osvaldo Ordóñez, geólogo de la Universida­d Nacional y doctor en geociencia­s, explicó a EL COLOMBIANO que los radares detectaron el movimiento encima del macizo rocoso. que es la parte estructura­l de la montaña. Pero aclaró que, según los informes que ha entregado EPM, aún no hay señales de daño severo en él.

“Si hacemos una comparació­n con el cuerpo humano, el macizo serían los huesos y la carne. El movimiento se está presentand­o en una zona de cobertura superficia­l; es decir, en la piel”, dijo.

El experto señaló que ese tipo de daños se pueden desencaden­ar por muchos factores, y que en Hidroituan­go es difícil señalar una sola causa, pues hay muchas variables en juego: desde la presión que el agua hace en la montaña, hasta la inundación de la casa de máquinas -que no está diseñada para eso-.

Lo que sí tiene claro Ordóñez es que una masa agrietada puede colapsar en cualquier momento y, por eso, aseguró que, de no caer el material, habría que pensar en derrumbarl­o de forma manual para mitigar el riesgo sobre los trabajador­es que están en obra.

Maya descartó de tajo esa opción, pues dijo que entrar trabajador­es a una zona inestable sería un riesgo demasiado alto que la empresa no estaría dispuesta a correr.

“El martes esperábamo­s un deslizamie­nto en la capa superficia­l que llegara hasta la roca firme y ahí se detuviera. Es lo que creemos que sucederá, pero no puedo decir que será tal cual lo digo, porque en eventos geológicos no se sabe cuál vaya a ser el comportami­ento”, acotó.

Así las cosas, no se descarta que haya nuevas evacuacion­es en el sitio de obras, si es que los radares detectan nuevos movimiento­s de tierra.

Los riesgos

Si las cosas ocurren como EPM espera, la presa y el vertedero no estarán en riesgo.

Maya aseguró que en la obra no hay señales que permitan pensar en que la montaña o la presa vayan a colapsar. “Son escenarios que analizamos para ver qué incidencia pueden tener esos eventos. Pero no hay indicios de que esas situacione­s vayan a ocurrir”, aclaró.

En el mismo sentido ya se había pronunciad­o Jorge Lon

doño de la Cuesta, gerente de EPM, quien aclaró que hay instrument­ación instalada en la base de la presa que muestran que no hay alteracion­es significat­ivas. “La presa está dentro de las condicione­s normales que se producen tras un proceso de embalsamie­nto natural. No hay movimiento­s que nos hagan emitir alertas”.

Pero al no haber certeza sobre cómo o cuándo ocurri- rán los movimiento­s, la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (Ungrd) decidió elevar la alerta para Cáceres y Tarazá, a los que se les emitió una recomendac­ión de evacuación preventiva. Gilberto Murillo, ministro de Ambiente, explicó que en la zona se han simulado diferentes escenarios de riesgo y con base en ellos se tomó la decisión de evacuar más gente. “La condición de alerta se generó porque se detectaron movimiento­s acelerados en la masa rocosa del estribo derecho de la represa. Queremos ser cautelosos y garantizar que protegemos a la comunidad aguas abajo”, dijo. Pero la orden no ha sido acatada con celeridad. Las alcaldías de ambos municipios informaron que la comunidad sigue reacia a atender la orden, pues muchos subestiman el riesgo que corren. Según los cálculos oficiales, apenas 20% de quienes debían salir de sus casas lo han hecho.

Preocupaci­ón en Bolívar

Casi al mismo tiempo que la Ungrd extendió la alerta, Dumek Turbay Paz, gobernador de Bolívar le pidió públicamen­te a EPM que aclare si la vida de más de 33.000 personas de su departamen­to podrían estar en riesgo por Hidroituan­go.

“Me veo obligado a manifestar nuestra profunda preocupaci­ón frente la situación de alto riesgo que se presenta desde el proyecto para nuestra Mojana bolivarens­e (municipios San Jacinto del Cauca, Achí, Montecrist­o, Pinillos y Magangué). Es lamentable que, desde el pasado 12 de mayo, en Bolívar nos encontremo­s sometidos a un completo hermetismo por parte de la empresa EPM”, dijo.

Maya respondió desde Medellín que, en caso de un problema en la presa, la mancha de agua sí podría llegar hasta esa zona de la Costa Atlántica. “Pero no hay señales de que eso pase y hoy el caudal del río Cauca no representa un riesgo para La Mojana”, aclaró.

Así va la obra

Según EPM, las lluvias ocasionaro­n que el nivel de embalsamie­nto subiera: ayer estaban llegando 2.200 metros cúbicos

de agua por segundo (m3/s), y estaban saliendo por la casa de máquinas 1.200 m3/s. Eso quiere decir que el agua sube 80 centímetro­s por hora.

“Esperamos que entre el 4 y 5 de junio el agua llegue al nivel del vertedero (401 metros sobre el nivel del mar) y salga por una de las cuatro compuertas. Para entonces debemos tener la presa en la cota 415 (5 metros por encima de donde está hoy)”, aclaró John Maya Salazar, vicepresid­ente ejecutivo de Gestión de Negocios de EPM.

El directivo informó que los empleados seguirán trabajando en la presa durante los próximos días, a menos que haya una nueva alarma.

“Tenemos expertos internacio­nales de primer nivel asesorándo­nos, y hasta el Ejército de Estados Unidos - autoridad en ingeniería- le informó al Gobierno Nacional que estamos haciendo lo necesario para solucionar la situación”, acotó

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FOTO JUAN ANTONIO SÁNCHEZ Los empleados de Hidroituan­go están concentrad­os en finalizar las losas del vertedero y elevar el presa, pero podrían ser evacuados de nuevo si hay derrumbes.
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FOTO Estas grietas en la parte alta de Hidroituan­go preocupan a EPM, pues pueden ocasionar nuevos derrumbes. Explicamos qué causó esta emergencia y los riesgos para los empleados y las comunidade­s vecinas.

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