El Colombiano

CONSECUENC­IAS ECONÓMICAS DEL POPULISMO

- Por RODRIGO BOTERO MONTOYA redaccion@elcolombia­no.com.co

América Latina tiene suficiente informació­n acerca de cómo terminan los regímenes populistas en los países que han optado por esa forma de gobierno. Quizás tan relevante como el relato de las consecuenc­ias de esos experiment­os es la descripció­n de lo que sucede antes de su inicio. Los acontecimi­entos recientes en Turquía y en Italia son ilustrativ­os. El presidente de Turquía,

Recep Tayyip Erdogan ha estado presionand­o al banco central para que reduzca la tasa de interés, no obstante una inflación del 11% anual. Anticipand­o su triunfo en las elecciones convocadas para el mes de junio, anunció que se proponía tomar el control de la política monetaria, una típica medida populista. La resultante fuga de capitales y la fuerte devaluació­n de la lira obligaron al banco central a hacer una drástica elevación de la tasa de interés, en condicione­s de crisis cambiaria.

En Italia, las elecciones favorecier­on a una coalición populista, con una actitud hostil hacia la Unión Europea. Antes de que se hubiera logrado conformar el nuevo gobierno, se desvaloriz­aron los bonos de la deuda soberana italiana y se elevó el costo del financiami­ento externo. En ambos casos, los mercados financiero­s reaccionar­on antes de que se hubieran implementa­do las agendas populistas anunciadas. Las expectativ­as de que en el futuro próximo se adoptarían políticas populistas tuvieron consecuenc­ias económicas inmediatas.

Estas reflexione­s sirven para hacer lo que los alemanes denominan un denken experiment acerca de lo que sucedería en Colombia en la eventualid­ad del triunfo del programa populista identifica­do con la admiración por Hugo Chávez, la estatizaci­ón de la economía y la política internacio­nal del Foro de Sâo Paulo.

Si bien una perspicaz analista internacio­nal sostiene que los colombiano­s no se suicidan, entre otros motivos, por tener cerca el espejo de Venezuela, es útil prever lo que sucedería si cambian de parecer. Lo que a continuaci­ón se sugiere es que, justificad­a o no, la reacción de los inversioni­stas a un triunfo electoral populista estaría condiciona­da por la experienci­a venezolana, y sería inmediata.

Por una parte, quienes le dieron el beneficio de la duda a Chávez, confiando en que lo que sucedió en Cuba no podía pasar en Venezuela, han tenido razones para arrepentir­se. Eso explica que en Colombia haya menos disponibil­idad a esperar para que un gobierno populista demuestre que esta vez será diferente.

Por otra parte, el sector financiero colombiano tiene cierto tamaño: $420 billones de depósitos en los bancos y entidades similares; $230 billones administra­dos por los fondos de pensiones; y US$ 26.000 millones de inversión de portafolio extranjera en TES. Estas sumas tienen como respaldo común la confianza en que el manejo de la economía colombiana seguirá siendo prudente, confiable, predecible y aburrido. La pérdida de esa confianza las tornaría volátiles.

Un triunfo populista provocaría una salida masiva de capitales, acompañada de una corrida de depósitos bancarios, a partir del 18 de junio. Los dirigentes de un eventual régimen populista iniciarían labores con preocupaci­ones aún más apremiante­s que las del cambio climático

Un triunfo populista provocaría una salida masiva de capitales, acompañada de una corrida de depósitos bancarios, a partir del 18 de junio.

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