El Colombiano

Si le pasa, no se quede con la boca abierta

Golpes, pantallas quebradas o mojadas. Los accidentes con el celular son muy comunes. Así puede actuar si le pasa.

- Por JONATHAN MONTOYA GARCÍA

La reacción inmediata a la caída de un teléfono celular es una gesto de horror, tal vez un pequeño grito con alguna palabra soez; otros podrían mostrar indiferenc­ia, pero en muchos casos, si es posible, antes de que toque el suelo se hacen maromas para tratar de agarrarlo en el aire o para amortiguar el golpe con el pie.

La caída del teléfono, que es para algunos una extensión de la mano, duele como si la sufriera el mismo cuerpo. Después, el equipo pasa a una observació­n minuciosa en la que se detectan los daños, leves como un rayón, o graves como un display (pantalla) hecho pedazos.

Estrellars­e contra el piso es solo uno de los percances más comunes que puede sufrir un smartphone, quedar sumergido en el agua es otro, y obstruir su puerto de carga o salidas de audio también es frecuente.

Todos se pueden evitar con ciertos cuidados a los que algunos se resisten, como ponerle una funda o evitar su uso en ciertos momentos, como en la mesa, cuando se come, para que cualquier bebida no caiga sobre él. En caso de que suceda hay un momento de pánico, sobre todo si el equipo no cuenta con una protección IP 67 o 68 (la que lo protege del polvo y las salpicadur­as, además de sumergirse hasta cierta profundida­d y durante un determinad­o tiempo).

Claro, es un objeto costoso, que bien vale la pena cuidar. Solo que a veces pasa.

Accidentes que se previenen

Según un estudio de 2013, hecho por Mobile Phone Checker en Reino Unido, los accidentes más comunes suceden porque el celular cae sobre una superficie dura (43 %), en el agua – inodoro, lavamanos, baño– (35 %), el usuario se para o se sienta y se cae (32 %), lo ponen sobre el techo del carro (12 %) y porque se le suelta a un niño de la mano (10 %).

CAÍDAS QUE DUELEN Y DEJAN MARCAS

Si el golpe es fuerte, seguro le quedará alguna marca en sus bordes, en la parte frontal o trasera. Estos no tienen solución, pero, si después de la caída nota que la imagen en pantalla no se ve igual, el primer paso es apagar el equipo y encenderlo de nuevo. Si el fallo continúa segurament­e sufrió un desajuste de sus componente­s y es necesaria la revisión de un experto para repararlo.

QUE EL DISPLAY NO LO DEJE BLANCO

El display es la pieza completa que está en el frontal del teléfono y está compuesto (en algunos inteligent­es) por la pan- talla –LCD o IPS, Retina (Apple), Amoled– y el cristal, también llamado digitaliza­dor o touch. Este es el que permite tener un control táctil del display, mientras que la pantalla es la encargada de la imagen gracias a sus caracterís­ticas técnicas, como la resolución. Así es que si el teléfono se cae hay que revisar cuál de estos componente­s sufrió el daño.

Si deja de responder al tacto, pero aún se ve la imagen, el touch se quebró o estropeó; si no se ve nada o se observan manchas de colores o negras es porque el inconvenie­nte lo tuvo la pantalla. En cualquiera de los dos casos es mejor no hacer nada en casa y dejárselo a un técnico especializ­ado, ya que un accidente de estos puede implicar el cambio solo del touch, para fortuna del usuario, o del display completo. En algunos equipos, como

el iPhone X, uno quebrado trae como consecuenc­ia la reposición del teléfono, pues por la tecnología de la pieza es difícil encontrar una que reemplace la averiada, además de que su instalació­n podría acarrear un no óptimo funcionami­ento del equipo.

GUARDE EL ARROZ PARA LA COCINA

Si su teléfono no tiene protección iP 67 o 68 y recibió salpicadur­as de algún líquido o quedó sumergido en una piscina, o peor, en un sanitario, hay posibilida­des de revivirlo. Debe apagar el móvil, y como ahora no tienen tapas que se remueven (hace algunos años sí), ponerlo en arroz no es una solución, y menos ventilarlo con un secador. Eso asegura Natalia Garcés, de Celurgenci­a. “Un accidente de ese tipo requiere abrir el equipo para evaluar su estado, si hay algo quemado, y esa es una labor que necesita de un cuidado y unos instrument­os que no están al alcance de los usuarios, como un microscopi­o”, señala ella.

LO BARATO SALE CARO PARA SU TELÉFONO

Si el puerto de carga es el implicado en el accidente, tampoco hay mucho que el usuario pueda hacer, un técnico debe reemplazar­lo.

Duván Vanegas, quien trabaja en celulares de la Clínica del Smartphone, comenta que se han vuelto comunes los incidentes en los que hay deterioros o averías en el puerto de carga. La causa: los usuarios utilizan cargadores que no son genuinos y que pueden ir dañando esa parte del equipo. “También es por el mal uso, porque lo adaptan a la fuerza, o lo quitan también de esa manera”

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