Así ajustan sus discursos Duque y Petro
El paso a la segunda vuelta implica ir en la búsqueda de nuevos votantes, sobre todo del centro, por eso los candidatos presidenciales han hecho ajustes en su estrategia.
Difícilmente alguien que haya votado en primera vuelta por uno de los dos candidatos que siguen con opción cambie su voto para la segunda vuelta. Eso lo saben las campañas y, por eso, la estrategia discursiva varió o se ajustó desde el momento en el que los candidatos Iván Duque (Centro Democrático) y Gustavo Petro (Colombia Humana) se dirigieron al país la noche del 27 de mayo.
El primero exaltó a los tres excandidatos perdedores, especialmente a Sergio Fajardo, con quienes tuvo discrepancias durante el debate, e hizo un llamado a la unidad. El segundo convocó a las fuerzas alternativas, pero sin hacer alusiones directas y, contrario a las denuncias que hizo por presunto fraude de la Registraduría en los últimos días, reconoció que los resultados coincidían con las cuentas que auditó su campaña.
Esta semana Duque priorizó en sus intervenciones la educación, el medio ambiente y la economía naranja y ratificó su compromiso de hacer ajustes, mas no trizas el Acuerdo. Ante el respaldo de nuevas fuerzas políticas defensoras de la implementación, Duque afirmó el pasado miércoles, en entrevista con W Radio, que no va a transigir ni a cambiar su programa de gobierno por gustarle a alguien y que si las bases quieren votar por él así, “bienvenidos”.
En contraposición, Petro, en entrevista para Univisión el pasado martes, con Patricia Janiot, moduló varias de sus posturas y planteó un nuevo decálogo sobre lo que hasta ahora había esbozado sobre la economía y los mecanismos para hacer reformar al Estado (Ver recuadros).
El propósito de ambos no es otro que captar parte de esos 6’472.0330 votos que obtuvieron los otros cuatro candidatos presidenciales que se quedaron, ubicados principalmente en el centro, algunos más hacia la izquierda y otros con cercanía a la derecha. Además de cautivar a población indecisa o que no votó en el primer round y que podría ser decisiva para el balotaje.
Hace cuatro años, para segunda vuelta, el presidente candidato Juan Manuel Santos reforzó en sus intervenciones que no habría impunidad para las Farc, ni elegibilidad política para responsables de delitos de lesa humanidad y, menos, curules a dedo. Por su parte, para recibir el apoyo de Marta Lucía Ramírez, el candi- dato Óscar Iván Zuluaga se comprometió a no levantar la mesa de La Habana y esperar un par de meses su evolución. Los dos querían conquistar el voto blando.
Nuevas reglas de juego
En todo discurso hay una combinación de intenciones, actitudes, un contexto y un significado. La intención y el contexto, como bien lo trabajó el filósofo Paul Grice, permiten conocer el significado de un discurso. La cita la hizo Dora Alejandra Ramírez, docente del área Análisis de los discursos políticos de la U. Pontificia Bolivariana.
Explicó que los candidatos tienen la intención de convencer a un grupo de oyentes para tener la mayor votación y el contexto de esta semana es que la segunda vuelta implica otras reglas de juego.
“Petro debe seducir a otros grupos políticos para poder tener más oportunidad. Ahora su discurso es de invitación, al animar a los que efectivamente no están de acuerdo con las propuestas de Duque. Por lo tanto, el significado de su discurso es diferente al radical de la primera vuelta”.
Según Eugenie Richard, docente de la Maestría en Comunicación Política de la U. Externado, hay unos giros que son obvios, tanto en el discurso de Petro como en el de Duque, que quedaron en evidencia desde sus discursos del pasado domingo, cuando se conocieron los resultados de la primera vuelta.
Agregó que el exalcalde de Bogotá dejó de hablar de una Asamblea Constituyente, lo que genera mucho temor en los electores centristas, porque piensan que con ese instrumento se podría perpetuar en el poder. Además, apreció Richard, con el acuerdo sobre lo fundamental está retomando a Álvaro Gómez Hurtado y agrandes líderes populistas de otros tiempos: Galán, Gaitán, “para proyectarse como un hombre providencial, con una retórica populista y con tinte de mesianismo”.
“Ya no habla tanto de la disyuntiva entre el aguacate versus el petróleo, dice que su modelo económico sería capitalista con tendencia social, y ya no habla de socialismo. Tiene como fin atraer los votos de centro, que representa Fajardo y que ambos candidatos a la Presidencia necesitan”.
Sobre el exsenador del Centro Democrático afirmó que ha hecho énfasis en que no hará trizas el Acuerdo de paz, que es un temor de los electores centristas, por el riesgo de regresar al conflicto con la Farc, pero si deja claro que hará ajustes para que no haya impunidad.
Para Nury Astrid Gómez, politóloga y especialista en Comunicación Política, los discursos del 27 de mayo marcaron volumen, tono e intención de lo que serán las semanas previas a la segunda vuelta, cargadas de emocionalidad, encanto y negociaciones.
“Ambos candidatos están moderando argumentos y desmitificar rumores, afirmaciones y creencias implantadas en electores. El cambio significativo se da en la estrategia comunicacional e interacción con públicos”.
Agregó que Colombia Humana está usando el ataque a los seguidores y apoyos de su contendor, con el relato de “los corruptos y los mismos están juntos”, mientras que en la campaña del uribismo el llamado es a no polarizar, no responder insultos y a sumar alianzas. “Más creíble se muestra Duque ante medios pero se viste de aquello tan cuestionable por la opinión”.
¿Hay contradicción?
Los cambios, ajustes, precisiones o ampliaciones en el discurso de los finalistas no son considerados por Ramírez como una contradicción, porque se da en el juego de la política. “Lo que hay es una retractación, que etimológicamente significa: replantear el trato inicial”.
Richard sostuvo que los cambios en los discursos son naturales y que en las segundas vueltas siempre se observan ajustes de las estrategias para ampliar la base electoral, y por eso suavizan los discursos y hasta pueden llegar a hacer concesiones sobre sus posiciones más radicales.
En la semana poselectoral, según Miguel Jaramillo, consultor y experto en Comunicación Política, Duque tomó distancia del clientelismo, proponiendo un gobierno libre de alianzas politiqueras, se ha permitido una mayor distancia del expresidente Álvaro Uribe y se le notó más cercano a imágenes de movilización y movimientos ciudadanos.
Sobre Petro, dijo que habló con mayor moderación, pero menos contundencia en relación con su posible y potencial parecido con un gobierno de izquierda, al estilo de Hugo Chávez, y ha tratado de jugar más al progresismo desde un relato más enfocado a la equidad y el estímulo a la clase media, “casi borrando la lucha de clases y la contraofensiva a ciertos patrones hegemónicos institucionales tradicionales vinculados con religión, instituciones u organizaciones”.
El reto entonces que tienen los candidatos presidenciales, a dos semanas del balotaje, es ganar nuevos amores, sin decepcionar a los enamorados a primera vista
“Los cambios, ajustes, precisiones o ampliaciones en el discurso de los finalistas no son una contradicción”. DORA ALEJANDRA RAMÍREZ Docente de la U. Pontifica Bolivariana “Petro ya no habla del aguacate versus el petróleo, y Duque ha hecho énfasis en que no hará trizas el Acuerdo con la Farc”. EUGENIE RICHARD Docente de la U. Externado