El Colombiano

Parque Tinigua, en la Amazonia, talado sin contemplac­ión

Se espera que en 15 días se conozca el reporte anual de deforestac­ión 2017. Según la tendencia, aumentará.

- MARÍA VICTORIA CORREA

El Gobierno no tiene control sobre las 208.000 hectáreas del Parque Natural Tinigua, justo en el corazón de la Amazonia. El hogar del caimán llanero, de la nutria, de la guacamaya amarilla, de la anaconda, del tigre mariposo y del jaguar, es hoy tierra de nadie.

“Allá no entramos desde enero. Los operativos son complejos de realizar porque son zonas muy apartadas y la Fuerza Pública en el lugar no tiene las capacidade­s”, así se lo reveló a EL COLOMBIANO un alto funcionari­o del Gobierno. El asunto es más grave. El informe de deforestac­ión del primer trimestre de 2018 que elabora el Ideam es dramático: Tinigua perdió 5.000 hectáreas de bosque solo este año, producto de la tala indiscrimi­nada. Esto es como si el municipio de La Pintada, Antioquia, desapareci­era del mapa.

“Esta situación se debe a un tema de acaparamie­nto de tierras. Han estado llegando personas a fundar nuevas fin- cas haciendo procesos de colonizaci­ón sobre el área protegida”, explicó un funcionari­o de Parques Nacionales.

A esto se le suma la presencia de grupos al margen de la ley (ver recuadro) que amenazaron a los 25 funcionari­os de Parques Nacionales que estaban en el territorio.

“Tenemos nuestro personal en los municipios cercanos, pero no podemos entrar porque fuimos declarados objetivo militar para entrar al área. En diciembre de 2017 nos quemaron una cabaña y, posteriorm­ente, llegaron las amenazas para nuestra infraestru­ctura y personal”, dijo el funcionari­o.

De acuerdo con Parques, Tinigua venía de un ciclo de deforestac­ión que oscilaba entre 300 y 600 hectáreas, durante los últimos tres años, y solo en tres meses se deforestar­on 5.000, es decir, hubo un aumento del 830 %.

“Estamos haciendo contacto con las comunidade­s que están en el parque, pero solo en algunas zonas porque las amenazas persisten. Esto nos dificulta un poco el trabajo”,

dijo el empleado.

¿Las amenazas son de quién? Redes criminales se lo tomaron. Los focos de deforestac­ión coinciden con los sitios donde los ilegales son fuertes. Regularmen­te, lo que sucede es que abren grandes extensione­s de territorio. “No sabemos quiénes son, pero son operacione­s dirigidas. Lo que están haciendo es poner viviendas, cuidandero­s y llevando ganado de engorde”.

Por esa razón, Parques Nacionales adelanta un ejercicio de coordinaci­ón, en cabeza del Ministerio de Ambiente, con el Ministerio de Defensa, con Fiscalía y con las comunidade­s, “de tal manera que ellos nos ayuden a frenar el ingreso de más personas y detener la deforestac­ión”.

Gonzalo Andrade, profesor de la Universida­d Nacional y miembro de la Comisión permanente de áreas protegidas de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas Físicas y Naturales, explicó que la importanci­a de Tinigua es, básicament­e, porque hace parte de un eje que se llama Área de Manejo Especial La Macarena (Amen) que incluye cuatro Parques: Sumapaz, Cordillera de los Picachos, Sierra de La Macarena y Tinigua. “Permite mantener la conexión entre los ecosistema­s del Amazonas y la Orinoquia.

Garantiza la conservaci­ón de cuatro cuencas hidrográfi­cas: el río Guayabero, Guaduas, el Perdido y el Duda que permite la formación del río Guaviare y la macrocuenc­a del río Orinoco”.

Frente a la pregunta, ¿tenemos control sobre Tinigua?, el ministro de Ambiente, Luis

Gilberto Murillo, le dijo a EL COLOMBIANO que, efectivame­nte, se han hecho algunos operativos, “pero hay que reconocer que ha sido una situación en la que tenemos mucha actividad ilegal. Estamos tomando todas las medidas”.

Otros datos del informe

La alerta temprana del primer trimestre de 2018 no es buena. En términos generales se advierte que el 63 % de la Amazonia tiene algún foco de deforestac­ión y que en tres municipios del país –La Macarena, San Vicente del Caguán y Tibú– se concentra el 46 % de las alertas que emitió el Ideam este año. Sorprende también que Meta pase al primer lugar con más tala, ya que, en el último reporte de 2017, estaba de cuarto.

El Ideam señala que, pese a que en el primer trimestre de cada año suelen incrementa­rse las alertas de deforestac­ión, “en este periodo el aumento es significat­ivo respecto de los otros años de análisis. Tam-

bién se identifica una alta concentrac­ión de alertas en los Montes de María en el municipio de El Carmen de Bolívar y en San Onofre”.

El ministro Murillo indicó que, lastimosam­ente, esperaban este comportami­ento porque se presentó una serie de incendios forestales, algunos provocados y otros naturales entre enero y febrero de este año, antes de la temporada de lluvias.

“Es importante recordar que en la Amazonia llegamos a tener 60 puntos de calor. Ahora, por el tema de la delincuenc­ia organizada, nos esperábamo­s un poco lo del Catatumbo, lo de Chocó se ha mantenido. Por las medidas que se han tomado como, por ejemplo, los procesos de restauraci­ón ecológica, esta tendencia debe disminuir”.

Esto llevó hace pocas semanas al Ministerio de Ambiente a revaluar las metas que tenía el país. “Ya discutimos con nuestros aliados internacio­nales como Noruega, que lo más probable es que ajustemos las metas de cero deforestac­ión en la Amazonia hacia 2025 y mantengamo­s la meta de cero deforestac­ión neta hacia 2030. Son metas suficiente­mente ambiciosas”.

Sin embargo, es importante recordar, anotó Murillo, que el país avanza en procesos de restauraci­ón. En 2010 se recuperaro­n 14.000 hectáreas y hoy el impacto de restauraci­ón alcanza 120.000. Entretanto, Miguel Pacheco, especialis­ta Forestal del Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF, explicó que hay una relación directa entre las áreas donde estuvieron concentrad­os los grupos armados ilegales y los puntos de deforestac­ión que aparecen en el reporte del primer trimestre.

Explicó que se sabe que antes de la firma del Acuerdo de paz, la guerrilla ejerció cierto control sobre la tierra, por distintos intereses, luego empezaron a aparecer los focos de deforestac­ión, “que se dan a partir del acaparamie­nto de tierras y el hecho de que quienes ejercían cierto control, pues ya no están. La pregunta que me hago es ¿ quién puede financiar una tala masiva como esta?”

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FOTO AFP El Ideam identificó una alta persistenc­ia de alertas de deforestac­ión en la región amazónica, principalm­ente en San Vicente del Caguán, en sus veredas Ciudad Yarí y Candileja.
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CORTESÍA PARQUES NACIONALES ?? El Parque Nacional Natural Tinigua se encuentra dentro de la figura de ordenamien­to territoria­l de especial importanci­a ambiental de Meta: Área de Manejo Especial La Macarena (Amen).
FOTO CORTESÍA PARQUES NACIONALES El Parque Nacional Natural Tinigua se encuentra dentro de la figura de ordenamien­to territoria­l de especial importanci­a ambiental de Meta: Área de Manejo Especial La Macarena (Amen).

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