La transformación debe involucrar a todos
Colombia tiene muchas oportunidades y que ocupe el puesto 58 en el escalafón del IMD World Competitiveness Center no debe verse como algo negativo, sino como una manera de mejorar. Hay muchos espacios para la mejoría como en el aspecto educativo. Una revisión y cambios a los programas de estudio de las universidades deben conllevar a un mejoramiento del tipo de talento que se desarrolla, necesitamos personas que sepan y entiendan de las nuevas tecnologías, pero también de todo lo que hay detrás del desarrollo tecnológico. El ser humano, por naturaleza, se opone a los cambios drásticos o a aprender algo nuevo, pero es solo cuestión de educación. Hay oportunidad también en cuestiones regulatorias, pues el nivel de cumplimiento de contratos en el país es bastante bajo y eso es algo que el Gobierno debe asumir al igual que en el sector privado. Y, ¿hasta dónde debe llegar un país en transformación tecnológica? Todos los países son diferentes. Cualquier índice lo que refleja es que hay diferentes velocidades y espacios en los que los países se mueven, así que llegar a 1,5 días para comenzar una empresa (como en Estonia) no es lo ideal, porque cada país tiene diferentes ventajas comparativas, distintas necesidades y fortalezas y, en el caso colombiano, el Gobierno debe elevar sus competencias. En lo que hay que tener claridad, es en el hecho de que la eficiencia del sector privado no puede depender completamente del Gobierno. El sector privado puede ser independiente en sus actos y en su gobernabilidad, eso es algo que puede asumir inmediatamente. Igualmente, resulta clave la inclusión de toda la sociedad. Si queremos tener un éxito digital, las personas deben tener acceso a la tecnología. Por último, hay que evitar la fuga de talento. Conozco a muchos latinoamericanos que viven en el exterior y no han tenido la oportunidad de regresar, porque no existe una motivación para hacerlo.