El Colombiano

CRUDO ANÁLISIS ELECTORAL

- Por RAFAEL NIETO LOAIZA rafaelniet­oloaiza@yahoo.com

Análisis rápido de los resultados, a una semana de las votaciones: Ganador indiscutib­le: Iván Duque. De contar el 11 de diciembre pasado con el 29 % de la intención de voto de los simpatizan­tes del Centro Democrátic­o, cuando fue escogido como candidato del partido, pasó a ganar la consulta de la Gran Alianza por Colombia el 11 de marzo con cuatro millones de votos y a conseguir siete millones seteciento­s mil, casi el doble, el pasado domingo. Ganador parcial: Gustavo Pe

tro. Nunca antes un candidato de izquierda había conseguido cuatro millones ochociento­s cincuenta mil votos. Petro será un poderoso líder de la oposición, con silla en el Senado como segundo candidato más votado.

Ganadoras colaterale­s: las encuestado­ras. Le pegaron a los porcentaje­s de votos de cada candidato, en algunos casos con suma precisión. El único desfase se produjo con Fajardo, pero incluso en ese caso anunciaron que venía con una aguda tendencia de crecimient­o. En las presidenci­ales funcionan bastante bien. Una excepción: Cifras y Conceptos, cuyas “proyeccion­es” que mostraban a Vargas en segunda vuelta fracasaron de manera estruendos­a y le hicieron daño reputacion­al a la firma. Tres grandes perdedores:

Humberto de la Calle, con apenas cuatrocien­tos mil votos, un 2 %, mucho menos de los ya raquíticos 638.302 que hace 8 años consiguier­a Rafael Pardo, y la mitad del umbral requerido para tener derecho a los reembolsos que hace el Estado por reposición de votos. De la Calle fue además el único candidato que pidió financiaci­ón anticipada. Él y el Partido Liberal tendrán que devolver las sumas recibidas. De la Calle pagó su papel como negociador del acuerdo con las Farc y junto con Vargas sufrió la percepción de que eran los candidatos continuist­as. El segundo es Vargas, por supuesto, cuyo millón cuatrocien­tos mil votos son un castigo durísimo a un buen ejecutor y un muy serio programa de gobierno. El otro perdedor rotundo fue Santos. El noventa por ciento de los sufragante­s votó contra él. Aunque es verdad que Petro es ahora su candidato y que en muchos aspectos representa la continuida­d de su gestión, no es menos cierto que no lo perciben así quienes votaron por el exguerrill­ero.

Lección: en las presidenci­ales cada vez las maquinaria­s pesan menos y hay más voto de opinión. Lo demuestra el desastre de Vargas, que contaba con las de Cambio Radical, el grueso del partido de la U y un sector del conservado­r. Las maquinaria­s operan eficientem­ente en las parlamenta­rias porque sus jefes se están jugando su propio pellejo. Pero no se movilizan si el candidato presidenci­al no parece tener opción de éxito. La lógica es cruel: si el candidato parece perdedor, no hay premio para el trabajo y no vale la pena el desgaste. Es claro que los engrasador­es de maquinaria­s debieron perder mucho dinero. Como el Partido Liberal, Vargas tiene un consuelo: sus bancadas en el Congreso son muy fuertes y les darán un juego político importante a partir del 20 de julio.

Coletazo: el que deja el episodio de financiaci­ón ilegal de Odebrecht. Las campañas se movieron con muchas más precaucion­es para el ingreso de dinero. No se quiere un escándalo que afectaría la gobernabil­idad o, peor, que podría costar la destitució­n del candidato ganador. La única duda está en cabeza de Petro. No es clara su fuente de ingresos ni los respaldos y gravita la nube negra de dinero cuyo origen tendría vínculos con el régimen chavista en Venezuela.

Farc: si hubiesen tenido candidato propio hubieran conseguido los mismos paupérrimo­s cincuenta mil votos de las parlamenta­rias. Más allá de todas las lecturas de los regalos políticos que les hiciera Santos en el pacto, la ausencia de respaldo ciudadano ratifica lo que Santos se empeñó en negar: en Colombia nunca ha habido una guerra civil, la guerrilla no tienen ninguna legitimida­d y la negociació­n partió de las premisas equivocada­s.

Reconocimi­ento: a la Registradu­ría. Rápida y eficiente en la entrega de resultados, más allá de la necesidad de hacer ajustes a la normativa para disminuir los riesgos de errores, manipulaci­ones y fraudes por los jurados y comisiones escrutador­as.

Vaticinio: triunfo rotundo de Duque en segunda vuelta, con la meta de como mínimo mantener los 15 puntos de ventaja que tuvo sobre Petro hace ocho días

En las presidenci­ales cada vez las maquinaria­s pesan menos y hay más voto de opinión. Lo demuestra el desastre de Vargas. Los engrasador­es de maquinaria­s debieron perder mucho dinero.

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