CÓMO CONVERTIR A LOS NIÑOS EN CRIMINALES
En un intento por impedir que las familias migrantes crucen la frontera, la administración Trump ha estado separando a los niños de sus padres y enviándolos a diferentes refugios u hogares temporales, donde pueden mantenerse separados durante semanas o incluso meses. Esta política viola los derechos humanos básicos y horroriza a cualquier padre con suficiente imaginación como para ponerse en el lugar de estos inmigrantes. Como miembros de un equipo de investigadores que han estudiado el impacto de separar a los niños de sus padres durante la niñez temprana, nos impactó otro aspecto de esta noticia: en un esfuerzo por aumentar la seguridad, la administración Trump ha dado con una política que sabemos es probable que aumente la delincuencia y la criminalidad entre estos niños en el futuro. Al tratar de proteger a los ciudadanos americanos, la administración podría estar poniéndolos en mayor peligro.
Si no hemos aprendido nada más en los últimos 50 años de investigación sobre el desarrollo infantil, es que a los niños les va mejor en las familias y que violar esta norma tiene efectos terribles. En un estudio a largo plazo de niños separados de sus padres a temprana edad y criados por sin miembros de la familia, hallamos un profundo impacto en su capacidad cognitiva, función social, salud mental y desarrollo cerebral.
A principios de 2001, en Bu- carest, Rumania, empezamos a estudiar bebés huérfanos y abandonados entre los 6 y 30 meses de edad. Algunos de los niños permanecían bajo el cuidado de instituciones por la mayoría de sus vidas, mientras que otros dejaban el cuidado institucional temprano en la vida y fueron ubicados con familias amorosas. Hemos hecho seguimiento a estos niños desde entonces para observar su salud mental y bienestar emocional, su estructura y función cerebral, y su habilidad cognitiva.
Encontramos que los niños que permanecieron en instituciones tenían coeficientes intelectuales más bajos que sus pares que fueron asignados aleatoriamente a familias.
Utilizando imágenes cerebrales, también observamos cambios en el cerebro, diferencias que aún podíamos observar a medida que estos niños llegaban a la adolescencia.
Aún más preocupante fue nuestra observación de que los niños que permanecían en instituciones tenían una falta de empatía o culpa asociada con la criminalidad. Tenían casi 11 veces más probabilidades de te- ner tasas elevadas de rasgos insensibles y no emocionales en comparación con los niños que fueron ubicados con familias.
Por supuesto, debemos ser cautelosos al extrapolar los hallazgos de las instituciones rumanas a los sistemas de detención de inmigrantes y de protección infantil de los Estados Unidos. Se alega que los niños inmigrantes que fueron separados de sus padres supuestamente fueron enviados a hogares de acogida, pero muchos languidecen en albergues. Todas son situaciones en las que los niños están alojados lejos de los miembros cariñosos y dedicados de su familia. La preponderancia de los datos sugiere que los niños deberían ser criados por sus propias familias. Este es un buen consejo si queremos proteger a estos niños, pero también es un buen consejo si queremos protegernos a nosotros mismos.
Algunos podrían suponer que separar a los miembros de familias inmigrantes los motivará para regresar a sus países de residencia. Pero muchos de los niños que llegaron aquí están aquí para quedarse; huyeron de esos países por desesperación, y regresar pondría en riesgo sus vidas. Todo esto genera la pregunta: ¿por qué removeríamos a los niños del cuidado de padres que han demostrado su dedicación al bienestar de sus niños viajando miles de millas para darles una vida mejor? Nuestra investigación indica que si esta administración realmente quiere aumentar la probabilidad de que sigamos siendo un país de personas que respetan la ley, lo mejor es permitir que niños inmigrantes permanezcan en la custodia de una familia que los quiere
Si queremos seguir siendo un país que respeta la ley, lo mejor es permitir que niños inmigrantes permanezcan en la custodia de una familia que los quiere.