Hidroituango se enfrenta a tres riesgos
La desestabilización de la presa, un “megaderrumbe” o una creciente súbita, escenarios más peligrosos.
El informe técnico entregado por ingenieros del Ejército de EE. UU. muestra escenarios graves que podrían suceder en el proyecto. Explicamos cuáles y qué medidas se están tomando.
La situación en Hidroituango sigue siendo “altamente crítica” y se mantendrá así por varios meses, afirmó ayer Jorge Londoño De la Cuesta, gerente de EPM. El complejo panorama del megaproyecto, cuya actual contingencia comenzó el pasado 28 de abril por el taponamiento de la galería auxiliar de desvío, fue sintetizado por el cuerpo de ingenieros del Ejército de Estados Unidos que visitó la semana pasada las obras.
En el estudio se describen los tres escenario de riesgo crítico que tiene el proyecto y las recomendaciones para que el constructor y EPM pueda mitigarlos o monitorearlos.
Estos tienen que ver con la ocurrencia de un derrumbe de medianas dimensiones que tapone el vertedero u otro de gran volumen que genere una ola que sobrepase la presa y produzca una avalancha; un segundo panorama es la desestabilización de la presa por las filtraciones registradas desde el domingo; y un tercer peligro por la falta de control de las descargas al río Cauca, lo que puede originar una nueva creciente intempestiva.
El informe de la discordia
Londoño dijo ayer que en ningún momento el informe del cuerpo de ingenieros del Ejér-
cito de Estados Unidos había señalado que los materiales utilizados en la construcción de la presa no eran los adecuados o que no cumplían los estándares. “Eso no lo menciona el informe. Lo que dice es el riesgo de que el lleno prioritario llegue a fallar. Ese es un riesgo que esbozan y ante el cual nosotros tenemos un plan de contingencia. Ellos (los estadounidenses) no pusieron en duda los materiales ni que no era el camino que había que seguir”, sostuvo.
Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín, dijo al respecto que están cumpliendo actualmente, entre el 80 y 90 % de las recomendaciones del informe, tales como terminar de las compuertas del vertedero, tenerlo operativo para cuando el embalse suba, llevar la presa a la cota 415 metros sobre el nivel del mar y hacerle monitoreo constante a los movimientos de la montaña.
“La situación seguirá siendo grave hasta que tengamos el control total. Las obras ac- tuales son para minimizar los diferentes escenarios porque el riesgo no solo continúa sino que se ha ido incrementando”, reconoció.
Las declaraciones de Londoño y Gutiérrez se dieron tras una nueva carta dirigida a la Junta Directiva de EPM, el pasado lunes, por el gobernador Luis Pérez, quien desestimó las declaraciones que indicaban que el informe de los expertos norteamericanos da-
ban cuenta de que las acciones tomadas habían sido las pertinentes. “No es cierto lo que dice la Junta al señalar que el informe de la comisión de EE. UU. aseveró que EPM todo lo hizo bien. (...) El minis- tro de Minas declaró la alerta roja atendiendo al informe de los norteamericanos y contra el concepto de EPM. Los constructores y EPM nunca emitieron una alerta sobre el desprendimiento de la montaña
mientras que los norteamericanos dicen que se puede venir una alud de tierra entre 10 y 40 millones de metros cúbicos”, reseñó la carta.
El mandatario también aseguró que, de acuerdo con el informe técnico, “la obra está en el riesgo de un máximo colapso” y que los materiales usados “no cumplen con los estándares internacionales”.
Sobre el diseño de la presa
Luis Fernando Restrepo Vélez, gerente de Infraestructura y Diseño de Integral, firma que hizo los diseños del proyecto, explicó que Hidroituango siguió los parámetros y recomendaciones emitidas por la Comisión Internacional de Grandes Presas, organización mundial, con sede en París, que posibilita el intercambio de experiencias sobre ingeniería de obras hidráulicas.
“La presa de Hidroituango fue diseñada con los estándares que dicta este organismo en temas de geología, hidráulica, calidad de materiales y riesgo sísmico. Esta presa no solo cumple con las normas colombianas sino con las del Instituto Nacional Estadounidense de Estándares y las de la Comisión Internacional de Grandes Presas”, dijo.
Restrepo explicó que para el lleno prioritario o de emergencia, realizado desde que se
taponó la galería auxiliar, se utilizaron los mismos materiales utilizados hasta la cota 385 metros sobre el nivel del mar. “La geometría de ese lleno prioritario no era la que se hubiera querido pero no había nada más que hacer. Como la compactación y la distribución de los materiales no era la ideal, eran previsibles las infiltraciones que hoy tenemos. No nos debe llamar al pánico sino a la atención”, dijo.
Acciones tomarían un año
Las posibilidades actuales del proyecto para evacuar el agua embalsada del río Cauca son dos: los túneles de conducción de la casa de máquina, actualmente activos, y el vertedero, una vez se alcance la cota 401. Sin embargo, esta segunda opción se retrasará porque el embalse se está incrementando cada vez menos, debido a la disminución del caudal por la temporada seca que se avecina. Actualmente el embalse está creciendo de 40 a 50 centímetros
diarios, y con un nivel de 393.6 metros sobre el nivel del mar, tardaría 20 días para que el agua pueda fluir por el vertedero.
Si el verano se llega a intensificar, la rata de crecimiento del embalse seguirá disminuyendo y probablemente suceda que el agua que llegue sea menor a la que se evacua por casa de máquinas y empiece un desembalsamiento progresivo. Así, es posible que el vertedero, que ya está listo para ser utilizado, no termine evacuando agua en los próximos días.
“En ese sentido, se necesitará seguir evacuando agua por casa de máquinas. Tendremos que tomar la decisión de si cerramos o no las compuertas para obligar a fluir el agua por el vertedero. Esto toma varias semanas”, especificó Londoño.
El principal reto será el desembalsamiento controlado. Para ello, es probable que se construya otro túnel, solución que tardaría hasta un año.
Ampliamos, a continuación, los tres riesgos críticos que afronta el proyecto