Plaza pública, relegada al final de la campaña
Los candidatos volvieron a priorizar el contacto personal y las regiones en las que no obtuvieron los resultados esperados.
Si por algo será recordada la campaña presidencial de 2018 es por el regreso de las grandes manifestaciones políticas en la plaza pública, algo a lo que el país ya estaba desacostumbrado.
No obstante, pese a que los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta, Iván Duque y Gustavo Petro, estuvieron entre los tres que más concentraron ciudadanía, junto con Germán Vargas, ambas campañas decidieron jugar diferente en estas últimas semanas de proselitismo.
Los aspirantes volvieron a las actividades que eran recurrentes a principios del año: el contacto directo con los ciudadanos, las giras a medios masivos y el volanteo en las calles, parques y sitios públicos, donde la gente los puede saludar, tomarse la foto e, incluso, hacerles preguntas o críticas.
Esto debe a que, según Angélica Bernal, directora de Ciencia Política de la U. Jorge Tadeo, en esta etapa el voto se disputa más a partir de las alianzas que logren con las fuerzas que quedaron por fuera en primera vuelta.
En ese mismo sentido, Liliana Gómez, docente de la Maestría en Comunicación Política de la U. Externado, explicó que la segunda vuelta es para asegurar alianzas; para reunirse con personas que pueden asegurar votos. “A los militantes o seguidores ya los conquistaron en la primera, ahora se trata más de llegar al centro y eso no lo logran con grandes manifestaciones”.
Por los votos nuevos
Bernal descartó que la desaparición de las concentraciones
se deba a falta de recursos, sino que es otro tipo de competencia. Agregó que como son pocas semanas y grandes los retos, priorizan territorios donde tuvieron votación baja o por debajo de lo esperado”.
Por esa razón, Duque ha ido regiones donde no había estado ninguno candidato antes, como Amazonas, pero ha pasado más tiempo en Bogotá, donde quedó de tercero en la primera vuelta. Por su parte Petro ha hecho lo propio en la capital, donde su ubicó de segundo, y hoy y mañana se los dedicará a Antioquia, ya que aquí quedó tercero y solo obtuvo el 9,2 % de votos.
Nury Gómez, especialista en Comunicación Política de la U. Eafit, explicó que los públicos ya están con los candidatos y que el afianzamiento del voto es el objetivo. Además, las alianzas, aunque es el procedimiento tradicional, no tendrán más efecto que confirmar la “segunda opción” que se tenía en primera.
“La confirmación del voto está en debates, en información a favor o en contra distribuida en redes sociales y medios de comunicación y en el contacto personal con grupos de interés. Este es el momento de las bases de campaña, vo-
luntarios y adeptos, no tanto de los candidatos: son ellos los encargados de convencer cara a cara, llamada a llamada. Son ellos quienes tienen la tarea de asegurar electores”.
¿La suerte está echada?
La competencia por quién mostraba más gente estuvo al orden del día hasta el 20 de mayo. Lograron persuadir tanto que, hasta el final, los dirigentes de Cambio Radical confiaron en pasar a la segunda.
Según Liliana Gómez, ambas campañas han sido cuidadosas con los gastos de segunda vuelta, pero eso no quiere decir que se haya acabado la plata, “ellos tendrían de dónde sacarla. Muchas personas y empresas están dispuestas a hacer donaciones”.
Agregó que ya que Duque, con los votos de primera vuelta, tiene asegurado el triunfo. “El que la tiene más difícil es Petro, a quien ni las cuentas, ni las encuestas le dan”.
Al respecto Bernal afirmó que no hay nada definido hasta el día de las elecciones. “Antes solo es especulación. Aún hay competencia”.
Ahora ya no es quién más muestre gente, sino qué candidato asegura lo que tiene y conquista a los más afines