Argentina tiene ya el préstamo y el temor
El FMI aprobó desembolsar 50.000 millones de dólares, pero analistas prevén una crisis política para Macri.
Argentina reaccionó con incertidumbre ante el anuncio del gobierno de Mauricio Macri de que alcanzó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir un préstamo “stand by” (de contigencia) de 50.000 millones de dólares, previsto para reducir la inflación, equilibrar sus deficitarias cuentas y, en suma, mermar la especulación creciente sobre una crisis económica. El pacto incluye otros 5.650 millones de dólares aportados por distintos entes.
“Lo que hemos logrado, con el apoyo de la comunidad internacional, es evitar una crisis y poder continuar con el proceso de crecimiento”, aseguró en rueda de prensa en Buenos Aires el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
No obstante, en el país las reacciones son más bien de dudas, por parte no solo de opositores y críticos sino de una ciudadanía acostumbrada a que las ayudas del FMI terminen siendo más una carga sobre sus finanzas familiares.
Más obstáculos
Desde el 20 de junio, el gobierno de Mauricio Macri tendrá disponible el primer desembolso del préstamo, 15.000 millones de dólares para paliar los distintos indicadores que alarman sobre una inminente crisis económica. El mandatario centroderechista destinaría la mayor parte de los mismos para reforzar las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
De cualquier forma, para expertos el panorama no se resuelve con el hecho de que la Casa Rosada ya cuente con ese dinero. No es un tema del todo económico. “El asunto, como en préstamos pasados, es de nuevo los condicionamientos que tiene el FMI para el desembolso. Hay un horizonte de austeridad que será muy difícil de implementar para Macri. Los temores de un nuevo ‘Corralito’ –la crisis de 2001 en la que
los argentinos no podían sacar su dinero de los bancos– no están descartados”, explicó Danilo Menant, docente de la Maestría en Comercio Internacional de la Universidad del Salvador.
Lisandro Sabanés, editor de Política del portal Letra P, y docente de la Universidad Nacional de La Plata, coincidió: “el gobierno tendrá que acelerar los recortes para atajar su déficit, pero la gran pregunta es en qué ámbito los hará. Macri dice que no reducirá la ayuda social, pero hay mucha inquietud entre los trabajadores, que esperan despidos, y en la educación pública, que representa lo mejor del país. El momento no es el mejor”.
Las medidas de recorte que exige el FMI llegan en tiempos en los que Macri ya enfrentaba férrea oposición frente a un paquete de reformas austeras que se estaba viendo obstaculizado entre protestas.
Con esto, lo previsible, según ambos académicos, es que el bloqueo en el Congreso empeore –sería aún más difícil que avancen sus proyectos económicos–, con un agravante: en octubre de 2019 ya hay elecciones presidenciales y, sin duda, traer de nuevo a colación al FMI tendrá efectos.
“El tema del préstamo va a marcar el panorama político de aquí en adelante, con el norte en las elecciones. De alguna manera esta coyuntura va a seguir muy presente, y sobre todo las medidas de Macri”, auguró Menant. “Habrá efectos electorales con todo esto. El FMI siempre pide lo mismo, y los recortes dejan a las calles sin plata, lo que tendrá un correlato electoral”, advirtió Sabanés