¿DEBATE ENTRE DUQUE Y PETRO?
¿Habrá en los próximos días un debate televisivo entre los dos candidatos que se disputan la presidencia? Una decisión afir- mativa por parte de Iván Duque y Gustavo Petro de aceptar un debate sería un gesto de respeto hacia los electores.
En los últimos días Gustavo Petro ha acusado repetidamente a su rival de no tener la valentía de medirse a un debate. “Es sistemático. Está suspendiendo el debate presidencial en Colombia y se debe al temor a debatir conmigo en profundidad sobre la situación colombiana”, dijo Petro refiriéndose a Iván Duque. Con estos comentarios, Petro reafirma la amplia percepción que hay sobre sus habilidades de debate, y aprovecha para pintar a Duque como a un líder débil, que no tiene ideas propias, que no conoce a fondo los temas del país. Lo define como alguien miedoso, o sea un “no líder”.
Quizás, entre los asesores de Iván Duque hay quienes le sugieren prudencia, porque consideran que ya tiene la vic- toria en el bolsillo, y por lo tanto no ven conveniente exponerse a un debate con Petro. Sería correr un riesgo innecesario. Pero los consejos que son dictados por el miedo y un exceso de prudencia traen más daños que ventajas.
Por eso, Iván Duque hizo bien en estas últimas horas al declarar desde Barranquilla que no le teme a los debates, y que está listo a una confrontación respetuosa de ideas. Ahora bien, es también deseable que esta disponibilidad al debate se convierta en una apertura a discutir con su rival. De hecho, algo que aprecio del proceso electoral en los Estados Unidos son los múltiples debates a los cuales se comprometen los dos candidatos hasta unos días antes de las elecciones. Estos debates son un gran momento de movilización ciudadana. En casas o en bares, amigos, familiares y colegas se reúnen alrededor de la televisión para seguir el debate. La pasión y la intensidad de las emociones que eso despierta es tanta que pareciera que se trata de un evento deportivo. Tengo de estas noches de debate recuerdos amenos, como aquella noche cuando en Boston, en casa de amigos, seguí el debate entre Barack Obama y
John McCain, sentado al lado de un sobrino de los Kennedy.
De hecho, un debate presidencial es un momento impor- tante para la democracia de un país. A su alrededor se dan conversaciones que son vitales. ¿Qué es la democracia sino el desarrollo de una conversación enriquecida por la diversidad de las ideas, las experiencias y las historias? Por eso, considero que un debate es un momento educativo para toda la ciudadanía. Es un momento privilegiado durante el cual el público tiene la oportunidad de aprender sobre las propuestas que tienen los dos candidatos. No hay nada más formativo que un debate, donde los candidatos demuestran su conocimiento y su lógica. Es un momento importante y esencial. En Colombia estamos a la expectativa de una elección muy importante, en la cual, por la naturaleza de los dos candidatos, la decisión para los electores no es fácil. Por eso pienso que un debate entre Petro y Duque es un acto prudente y necesario
Quizás, entre los asesores de Iván Duque hay quienes le sugieren prudencia, porque consideran que ya tiene la victoria en el bolsillo.