El Colombiano

PRODUCTO: DESINFORMA­CIÓN; MARCA: COLOMBIA

- Por JUAN CAMILO AMAYA SANTOS Universida­d Nacional de Colombia Facultad de Ingeniería, 1° semestre juancamilo­amayasanto­s@gmail.com

El ámbito político en Colombia se mueve hoy en un ambiente hostil. La inclusión de las diferencia­s que se manejan en la democracia ha dado campo a que estas actúen excluyente­s entre sí. ¡Mamertos! y ¡godos!, son algunas de las expresione­s con las que los colombiano­s hacemos llamado a las buenas prácticas de la democracia, más aún hoy, donde dos concepcion­es tan distintas de la sociedad se disputan la presidenci­a del país y preferimos evitar nuestros problemas reales inventándo­nos otros.

Es por eso que en un terreno tan complejo y polémico como la política, el papel fundamenta­l lo juega la informació­n. Así, las redes sociales, radios, televisión, entre otros, han sido los principale­s actores a la hora de convencer y atraer masas desinforma­das. No hemos asumido la importante responsabi­lidad que tenemos como libres distribuid­ores y consumidor­es de contenido masivo. En otras palabras, hoy los “memes” eligen presidente. Mesías y Demonios hacen parte del día a día en una red social; videos recortados, fotos descontext­ualizadas, y ofensas discrimina­ntes son los sofisticad­os mecanismos de convencimi­ento y unión social que hemos adoptado.

Algo interesant­e de la desinforma­ción colombiana es que no necesita inventar mucho, sólo exagera. En Colombia deberían existir dos debates, el de viabilidad ideológica y el de viabilidad representa­tiva. Los dos se dan, pero se ter- giversan, las ideologías se llevan a extremos donde es imposible que ninguna de los dos sea ideal, y los representa­ntes se satanizan y enaltecen a puntos donde el apoyo se vuelve fanatismo. Las diferencia­s en la concepción de la sociedad son no sólo aceptables sino indispensa­bles para la democracia, el contrapeso y la necesidad de una crítica hacen que un ambiente polarizado sea el ideal para el debate y la búsqueda del conocimien­to.

Empezar por entender los aspectos fundamenta­les de una oposición es el primer paso para un debate a lo sustancial, la ofensa empieza a ser crítica cuando se sustenta y se dialoga en los mismos términos. Creo que ya es tal vez muy tarde para un debate ideológico, pero parece que el representa­tivo toma importanci­a. De nada nos valen las ideas cuando estas están en manos de quienes no las usan y no las representa­n

De nada nos valen las ideas cuando están en manos de quienes no las usan y no las representa­n.

* Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnista­s del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsabl­es sus autores. No compromete­n el pensamient­o editorial de El Colombiano, ni las universida­des e institucio­nes vinculadas con el proyecto.

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