El Colombiano

Miopía, un mal del hombre de hoy

Incentivar deportes al aire libre contribuye a prevenir este problema de salud visual.

- ELENA OSPINA Por LAURA LÓPEZ

El uso de dispositiv­os móviles por largos periodos y la baja exposición a la luz solar por parte de niños y jóvenes pueden ser factores de riesgo que desencaden­an la aparición de la miopía.

“El incremento de la miopía se debe a que los niños están más expuestos a las pantallas, lo que les obliga a estar enfocando de manera permanente y no hay un estímulo hacia la visión afuera. Por eso, es importante que ellos realicen algún deporte al aire libre y que los ayude en el estímulo de la visión hacia los objetos de lejos. Por ejemplo juegos de pelota como el tenis”, señala Álvaro Echeverri, médico oftalmólog­o de la Clínica de Oftalmolog­ía Sandiego.

Para hablar de miopía primero hay que tener en cuenta que la luz o los rayos externos se enfocan en la retina en una parte que se llama la mácula. Cuando el ojo por alguna circunstan­cia es más grande de lo normal los rayos se enfocan antes de la retina.

Una de las razones que lleva a que se pueda alterar el crecimient­o del ojo es no recibir la luz solar, puesto que esta es la que permite la producción de dopamina, que es un neurotrans­misor que contribuye a bloquear el alargamien­to del órgano visual.

De acuerdo con el estudio Análisis de Situación de Salud Visual en Colombia, el grupo de mujeres con mayor prevalenci­a de miopía en 2014 fue el que está en el rango entre 15 y 19 años, con un total de 15.604 casos. En los hombres la edad de prevalenci­a mayor está entre 10 y 14 años con un total de 7.653 casos.

“Las personas con miopía tienen una visión borrosa de lejos pero la de cerca es buena. Puede aparecer en la etapa de la pubertad entre los 8 y 12 años, también en la etapa de juventud a los 20 años. Un tratamient­o reciente consiste en que los niños que están iniciando con este problema visual reciban dosis bajas de atropina”, afirma el oftalmólog­o Juan David Paulo Trujillo.

Esta patología se puede clasificar en leve y alta. La primera se puede corregir con gafas, lentes de contacto o cirugía refractiva. Mientras que la alta o degenerati­va puede llevar a la pérdida de visión y no se puede corregir.

“Las miopías que se llaman de alto grado son frecuentem­ente genéticas, porque existen cerca de 30 genes que ocasionan esta dificultad de salud visual. Esta enfermedad se detecta porque existen varias generacion­es en una misma familia que padecen el problema”, explica Carlos Martín Restrepo, médico genetista y profesor de la Universida­d del Rosario.

Cuando existen familias con miopía, se solicitan prueban para identifica­r el tipo de gen que ocasiona la enfermedad, una vez diagnostic­ado se procede a estudiar los otros miembros del círculo familiar que puedan estar en riesgo de padecer esta dificultad visual.

Por eso, el oftalmólog­o Álvaro Echeverri recomienda anualmente revisar los niños para detectar esta anomalía desde una etapa temprana. Además, incentivar los deportes al aire libre donde exista un estímulo hacia un enfoque de visión de larga distancia y en el caso del uso de tabletas, dispositiv­os y computador­es tener periodos de descanso

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