Respetuoso desacuerdo
Santos y Duque se mantienen distantes sobre la reglamentación de la Justicia Especial para la Paz.
Con jugo de piña recibieron ayer en la Casa de Nariño al presidente electo Iván Duque, en el inicio del proceso de empalme o entrega del mando. Desde el 2002, cuando Andrés Pastrana le entregó a Álvaro Uribe, la oposición no recibía el poder.
Contrario a Pastrana, que salió a recibir a Uribe, Santos esperó que Duque ingresara. –“Señor presidente, gusto en saludarlo”–, le dijo el nuevo inquilino. –Muchas felicitaciones. Y muy bienvenido a su casa–, le manifestó el último mandatario en ser reelecto.
Fue hora y media de diálogo. Tomaron café, recorrieron algunos salones y estuvieron en una de las salas principales. Según Duque hablaron de temas de coyuntura y de la agenda pública nacional, lo que significa que la reglamentación de la Justicia Especial de Paz (JEP) fue el plato fuerte.
“El ejercicio que se ha adelantado hoy (ayer) es serio, que le ayuda a la democracia colombiana, demuestra que hay una transición ordenada, respetuosa”, se limitó a decir el presidente electo. Ratificó que prefiere a que la Corte Constitucional diga si el proceso sobre la JEP que estudia el Congreso tiene o no algún vicio de forma.
Reinó la diplomacia
Contrario a lo que ocurrió en 2002, los mandatarios no dieron una declaración conjunta. Santos prefirió trinar una fotografía del encuentro con esta frase: “esto es la democracia”. Luego, en un acto público, dijo que Duque le precisó que mantendrá lo bueno y mejorará otras.
Al final, participaron en una reunión con los equipos de empalme, que para el caso de Duque está coordinado por el exministro Alberto Carrasquilla, y por el lado del Gobierno por los ministros María Lorena Gutiérrez y Mauricio Cárdenas y el secretario privado Alfonso Prada.
La vicepresidenta electa Marta L. Ramírez fue delegada para coordinar lo relacionado con el Acuerdo y su implementación, que por parte del actual gobierno estará a cargo del vicepresidente saliente, general (r) Óscar Naranjo.
Según Pedro Piedrahita, docente de Ciencia Política de la U. de Medellín, este ejercicio de empalme es importante porque hace parte del funcionamiento de las instituciones del Estado. “Son fundamentales para garantizar tres cosas: la continuidad, cierre o ajuste de los procesos, planes, programas o proyectos”.
Aunque puede tratarse de un simple formalismo, Jaime Duarte, docente del área de Gobierno de la U. Externado, explicó que es un asunto institucional que hacen todos los estados serios.
¿Qué pasó con las cortes?
Una vez salió de Palacio, el nuevo mandatario se dirigió a la Procuraduría, donde almorzó y habló con el procurador general, Fernando Carrillo; el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, y el contralor general, Edgardo Maya.
También estuvieron presentes los magistrados José Luis Barceló, presidente de la Corte Suprema de Justicia; Édgar Carlos Sanabria, presidente del Consejo Superior De Judicatura; Alejandro Linares, presidente de la Corte Constitucional; Germán Bula, presidente del Consejo de Estado, y Patricia Linares, presidenta de la Justicia Especial de Paz (JEP).
Aunque no se trató de una reunión formal, sí es la primera vez que Duque se reúne con todos los poderes públicos. Días antes de la segunda vuelta había sostenido un encuentro con los presidentes de las altas cortes, con quienes socializó sus ideas sobre la reforma a la justicia y se comprometió a hacerla en consenso.
Hace ocho años, el entonces presidente electo Juan Manuel Santos, hizo lo mismo. De entrada quiso limar asperezas con las altas cortes, debido a las fisuras que habían que quedado entre las ramas por las confrontaciones con el gobierno de Uribe Vélez.
La C. Constitucional aclaró que el trámite legislativo de la ley de procedimiento de la JEP no depende del control de constitucionalidad que se surte ante este Tribunal sobre la
ley estatutaria de la administración de justicia en la JEP, pues es una ley ordinaria que desarrolla el Artículo 12 transitorio del artículo 1º del Acto Legislativo 01 de 2017.
Al paso, Duque manifestó que le reiteró a Santos su intención de presentar una reforma para que el narcotráfico no haga parte, en adelante, de los delitos conexos.
“Respetando la debida independencia de poderes, hoy hemos reafirmado el deseo de avanzar en lucha frontal contra la corrupción (...) es muy importante que sembremos un gran ambiente de concordia y paz institucional”, firmó Duque antes de partir hacia el Consejo de Estado.
Para John Fredy Bedoya, del Instituto de Estudios Políticos de la U. de Antioquia, Duque está tratando de transmitir confianza a las cortes y a quienes no votaron por él y que ahora podrían sentir que habrá mayor estabilidad en las instituciones