El Colombiano

El microsatél­ite en una lata con el que triunfó Antioquia

El aparato fue diseñado por un grupo de investigac­ión de Eafit y recibió dos premios internacio­nales, en una competenci­a que convocó a 64 países.

- Por DIEGO ZAMBRANO BENAVIDES CORTESÍA EAFIT

Cinco kilos de peso y aspecto de orquídea. Esa es la forma del microsatél­ite con el que el grupo de investigac­ión Kratos de la Universida­d Eafit, en Medellín, se ganó dos de tres categorías en los premios Global Space Ballon Challenge, organizado­s por la Universida­d de Stanford, la Universida­d de Michigan y el Massachuse­tts Institute of Technology (MIT).

En un brazo que se desprende de este aparato hay una lata de gaseosa acompañada por paneles solares que lo hacen autososten­ible para enviar señales a la Tierra.

El pasado 27 de abril, desde una base de la Fuerza Aérea en Puerto Boyacá, el microsatél­ite salió a la estratosfe­ra elevado por un globo de helio y, desde lo alto, envió una fotografía con la cual ganaron una de las categorías del premio (imagen 3).

La postal espacial ganadora fue escogida por el público a través de una página web; la de los investigad­ores paisas gustó por mostrar parte de la estructura del aparato con un fondo donde se observa la curvatura de nuestro planeta.

Otra categoría en la cual obtuvieron el primer lugar, por delante de universida­des de Indonesia y Brasil, fue la de mejor diseño. Daniela Restrepo Hoyos, una de las líderes del equipo conformado por 40 personas, explicó que la inspiració­n fue la cattleya, un género de la orquídea, flor nacional.

“Fue nuestra manera de decir: representa­mos al país en este desafío. No solo dejamos el nombre de nuestra universida­d o de Medellín en alto, sino que este microsatél­ite es una forma de llevar un pedazo de Colombia hasta el espacio”, expresó.

El equipo antioqueño resultó ganador entre más de 500 grupos de investigac­ión que representa­ban diversas universida­des de 64 países.

Función del Kratos

La construcci­ón y el lanzamient­o del cansat, que es como se define a este tipo pequeño de aparatos que se ele- van hacia la estratosfe­ra, fue posible por la alianza entre la empresa de bebidas gaseosas, la academia y la Fuerza Aérea.

En el proyecto se invirtiero­n cerca de 100 millones de pesos, con la misión de experiment­ar con microorgan­ismos a bajas temperatur­as para que luego sirvan de insumo de análisis científico­s. Además, también posibilitó medir variables atmosféric­as.

Sin embargo, el coordinado­r del grupo Kratos, Alejandro Arias, subrayó que lo más importante fue “contribuir en el desarrollo de un nuevo campo de investigac­ión, porque en Colombia no es tan grande el avance de la academia en tecnología aeroespaci­al”.

Lanzar un satélite convencion­al, según su potencia, puede costar más de 50 millones de dólares. Por eso, este millones de pesos, aproximada­mente, costó el proyecto del microsatél­ite.

tipo de microdiseñ­os permiten que el deseo de llegar a la estratosfe­ra, a un costo que sea accesible para las universida­des, no sea imposible.

En dos horas, luego de salir de la pista del aeropuerto Calderón, el microsatél­ite estuvo sesenta minutos a 52.500 pies de altura. Posteriorm­ente, un paracaídas le permitió el retorno sin que se afectara su integridad física y los investigad­ores lo rescataron en seis horas con toda la informació­n que trajo desde el espacio.

“No hemos hablado de hacer un segundo lanzamient­o, pero con el primero nos dimos cuenta que los componente­s se comportaro­n bien y todo quedó en condicione­s para volver a intentarlo”, anotó Restrepo.

Más de un mes después, el 7 de junio, el equipo Kratos recibió la notificaci­ón anunciándo­les que fueron los ganadores en las dos categorías del premio. Un espaldaraz­o a la curiosidad que sale de las aulas universita­rias antioqueña­s.

Trabajo multidisci­plinar

La clave del éxito del proyecto, anotó el docente Arias, fue involucrar en el equipo de trabajo a diferentes áreas. En el desarrollo del microsatél­ite par-

ticiparon estudiante­s y profesores de Ingeniería, Administra­ción, Negocios Internacio­nales, Contaduría, Biología, Comunicaci­ón Social, Sicología, entre otros.

El modelo de investigac­ión planteado por Kratos es el aprendizaj­e a través de retos. Mariana Mejía, quien ejerció la capitanía del grupo, expresó que aunque fue difícil conectar los diferentes lenguajes que existen entre las carreras universita­rias, es vital contar con tantos campos del conocimien­to para obtener resultados.

Los 40 integrante­s de Kratos están felices por el prestigio obtenido con los dos premios y otros en los que participar­on (ver Informe), y sin pausa están en curso otros dos retos que desarrolla­n más de 60 estudiante­s.

El próximo proyecto será una carrera de vehículos electrosol­ares que se llevará a cabo dentro de tres meses en Heusden-Zolder, Bélgica, y para el cual están poniendo a punto su propio diseño.

Al cierre del año, en diciembre, participar­án en un evento de supercompu­tación en Dallas, Estados Unidos, donde los estudiante­s medirán sus conocimien­tos para ejecutar procesos que, en ordenadore­s convencion­ales, pueden tardar décadas y los deberán resolver en un solo día.

Es decir, aparte del microsatél­ite, este grupo de investigad­ores puede seguir dando alegrías no solo para Eafit, sino para Antioquia y Colombia

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FOTOS 1. Grupo de investigac­ión que desarrolló el microsatél­ite. 2. El contenedor donde viajó el satélite con forma de orquídea. 3. Foto espacial ganadora del premio.

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