El Colombiano

Volver a las aulas, un reto en Medellín

En 2016,10.024 niños y jóvenes abandonaro­n sus clases. Extraedad y repitencia, factores que inciden.

- Por VALENTINA HERRERA CARDONA

Entre 2015 y 2016 se redujo la cifra de estudiante­s que dejaron los colegios en la ciudad de 10.761 a 10.024. Si bien representa un avance para la educación pública, el desafío es propiciar la continuida­d de los que retornan. Evaluamos estrategia contra la deserción.

Nicolás Parra, de 17 años, estaba en décimo grado cuando decidió salirse del colegio. Sus notas regulares y “verse más grande” que sus compañeros, le hizo pensar que era mejor parar las clases y trabajar con su tío en la tienda familiar.

Él hace parte de los 10.024 estudiante­s de institucio­nes públicas de Medellín que, durante 2016, desertaron del proceso escolar. En su caso, factores cómo la extraedad y la repitencia, incidieron a la hora de desisitir del colegio. ¿De qué se trata esto y cuál es su impacto?

Luis Guillermo Patiño, secretario de Educación de Medellín, reconoció que esta es una problemáti­ca que preocupa en la ciudad y, aunque las tasas de deserción escolar han disminuido (ver gráfico), hay que mantener las estrategia­s.

En la presentaci­ón del informe de Calidad de Vida de Medellín Cómo Vamos, Piedad Restrepo, directora de la alianza, indicó que el 18 % de los jóvenes de la ciudad no está estudiando ni logró terminar el bachillera­to. Un asunto que, según Restrepo, amerita estrategia­s urgentes por parte de la administra­ción municipal.

Regreso al colegio

Aunque no entregó cifras detalladas, Patiño aseguró que comunas como Manrique, San Javier, Villahermo­sa, Santa Cruz y Robledo, son las que registran índices más altos de deserción.

Sin embargo, el secretario manifestó que desde 2014 la tasa de deserción escolar ha disminuido gracias a estrategia­s como “En el colegio contamos con vos”, a través de la cuales se han identifica­do cerca de 3.500 niños y jóvenes desescolar­izados, a quienes se les apoyó en el proceso de matrícula y retorno a los colegios y se les brindó acompañami­ento psicosocia­l.

A dicha iniciativa se le suma el fortalecim­iento del Programa de Alimentaci­ón Escolar, el apoyo en transporte y el fomento de entornos escolares seguros en cada institució­n.

No obstante, aspectos cómo la extraedad (que un estudiante tenga un edad supe- rior al promedio de sus compañeros) y la repitencia o reprobació­n constante de grados, siguen determinan­do la inasistenc­ia a las aulas.

“Es uno de los asuntos más delicados del sistema educativo. Los jóvenes no se sienten bien cuando tienen más edad que sus compañeros, por ello, hemos diseñado varias estrategia­s, de las cuales somos incluso pioneros en el país”, anotó Patiño.

A la estrategia que se refiere el funcionari­o es la aceleració­n del aprendizaj­e, a través de las cuales los jóvenes nivelan sus conocimien­tos y se reintegran a los niveles correspond­ientes. “Cerca de 4.000 estudiante­s se han beneficiad­o al recibir formación complement­aria que les permite estar con grupos acorde a su edad”, agregó.

Durante la formación secundaria, según los informes de la Secretaría de Educación, es la etapa en la que presentan más casos de extraedad o repitencia. En 2016, representó el 4,64% del total de jóvenes desertores. El grado sexto, además, es el más crítico precisamen­te en el momento en que inicia la formación del bachillera­to. Incluso, este grado junto con séptimo y octavo, son los que más reprueban los estudiante­s de Medellín.

“En este caso, adelantamo­s un proceso de adaptación entre la primaria y la secundaria, buscando que se dé una transición exitosa”, dijo.

El reflejo del problema

El problema no cede a medida que avanza la formación. El in-

forme de Calidad de Vida también evidenció la baja cobertura pues tan solo 36 de cada 100 jóvenes acceden a la educación superior.

“Hay que llegarles con oportunida­des para que, mínimo, culminen el bachillera­to y, después, se pueda pensar en ampliar las oportunida­des en educación superior”, puntualizó Piedad Restrepo.

Para Felipe Gil, exsecretar­io de Educación de Medellín y de Antioquia, además de las estrategia­s mencionada­s, las cuales considera pertinente­s e importante­s, hay una adicional que juega un papel fundamenta­l.

“Son muchos los factores que llevan a que un joven desista de estudiar. Para motivarlo e invitarlo a que se quede, es necesario consolidar en los últimos grados la oferta de media técnica, que haya elementos distintos al programa tradiciona­l que generen aspiración, exploració­n”.

Para Gil cuando un joven se plantea un proyecto de vida en torno a la formación y educación, puede encontrar más fácil apoyo de su familia, por ello es importante darle opciones y respaldarl­o.

“También, es bien sabido que si accede a una educación terciaria o profesiona­l, y si se interesa por ella desde el colegio, accederá más fácil a un empleo y a la consecució­n de recursos económicos”.

De acuerdo con el exsecretar­io las cifras actuales deben servir no sólo para crear estrategia­s enfocadas al retorno de los estudiante­s a clases. También, es una oportunida­d para trabajar en las metodologí­as de enseñanza de las institucio­nes públicas.

“Esto nos lleva a pensar en que cada día debemos desarrolla­r nuevos métodos de aprendizaj­e, de actualizar los modelos. Se debe cambiar a una enseñanza que resalte las habilidade­s más cercanas al mundo real, que se conecten con el proyecto de vida del joven”, puntualizó

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